Nunca antes la privacidad del ser humano había estado tan expuesta en Internet. Vivimos en una sociedad muy consumidora de contenidos de diversos tipos, y con esta revolución tecnológica y el avance de las redes sociales, ha abierto una ventana muy importante para mostrarnos sin tabúes. Facebook, Instagram, Twitter, son de las herramientas más famosas, y con políticas muy complejas para que los usuarios puedan exhibirse. Sin embargo, en los últimos años, se ha visto una proliferación de internautas, que de manera normal, se han inmiscuido en una de las plataformas que en tiempos modernos se hace notar con fuerza, hablamos de Onlyfans.
Estamos en un mundo donde las fotos y vídeos tienen un espacio relevante en la vida de las personas. Y si le añadimos, que es posible conseguir dinero mostrando los atributos, definitivamente es una de las vertientes que impera al sol de hoy. Sin temor a la equivocación, se ha impuesto como fuente de trabajo para muchos individuos. Lo cierto, es que detrás de ese éxito que los fanáticos (hombres-mujeres) pueden tener, les llega a mejorar en cierta forma su estilo de vida a nivel económico, pero sin dejar a un lado una diversidad de repercusiones negativas.
Existen fuertes afectaciones que están a la orden del día. Estas ponen en riesgo la privacidad, la honra y sobre todo la dignidad de quien lo practica. No con esto queremos satanizar la actividad, pues cada individuo es responsable de sus actos. Pero si se trata de formar mejores sociedades, sin duda alguna, esta red de redes que tenemos en nuestras manos, nos está haciendo las cosas muy cuesta arriba.
1Una plataforma que se ha vuelto popular
Nadie lo puede poner en duda, y es que todos hemos escuchado de Onlyfans. Se ha convertido en unas de las redes sociales más famosa del mundo, y con serias implicaciones para famosos y celebridades, que han buscado una manera de ganar dinero extra, exponiendo contenidos de diversos tipos. Aunque si nos vamos a la raíz lógica de lo que conocemos, lo erótico es lo que predomina y eso es lo que se vende a los suscriptores que pagan una membresía mensual.
De hecho, a veces no sólo es un dinero extra, sino que representa la fuente de trabajo de miles de personas que han encontrado la manera más idónea de mejorar su situación económica, sin darse cuenta de los riesgos que hay de por medio.