El director de cine Fernando Trueba, que clausura el 68 Festival Internacional de Cine de San Sebastián con su película ‘El olvido que seremos’, ha afirmado que se sintió «en familia» durante el rodaje en Colombia de esta adaptación del libro homónimo del escritor colombiano Héctor Abad Faciolince, en el que narra la historia de su familia y el asesinato de su padre, el médico Héctor Abad Gómez.
En rueda de prensa en el Zinemaldia, Trueba, junto al actor Javier Cámara, que da vida a Héctor Abad Gómez en el filme, han presentado la película acompañados de los actores Patricia Tamayo, Juan Pablo Urrego y del productor Dago García, por videoconferencia desde Colombia.
El director de cine ha explicado que el «contexto histórico y político es muy importante» en el libro y la película, pero se ven «a través de la burbuja de esta familia».
Trueba ha confesado que se ha sentido «tan en casa como si estuviera rodando aquí» mientras ha rodado ‘El olvido que seremos’, un retrato de «un humanista». En este sentido, ha señalado que Héctor Abad Gómez era «médico y su programa era de salud pública, intentar mejorar las condiciones de vida de la gente y especialmente de los que más necesitan que mejoren, los más desfavorecidos, las clases humildes.
«Le movía no una ideología, sino un sentido humanista de la existencia», ha añadido. También ha reflexionado sobre el hecho de que esta historia muestra que, «a veces, cualquier acto que hagas en un sentido acaba teniendo un significado y acabas siendo juzgado, atacado, querido u odiado por él».
«Nunca escapamos», ha señalado, para recordar, a continuación, que Abad «fue pionero del concepto de salud publica en toda Latinoamérica» y su «lucha es muy actual». Así ha apuntado que cuando comenzó la pandemia por el covid-19, «curiosamente e irónicamente», vieron «una serie de coincidencias y cosas muy curiosas» entre Abad y el momento actual.
Además, ha opinado que «es un personaje maravilloso» y su hijo escribió este libro «pensando que sería minoritario» y para sus hijos sobre todo, que no pudieron conocer a su abuelo, pero le ha conocido medio mundo», en parte por esa «sinceridad y amor» que emana su relato.
En cuanto a los actores, Trueba ha puesto en valor «la calidad» de los intérpretes colombianos, que ha sido «increíble». «Víctor Gabiria y Laura Mora venían a vernos todas las semanas, era un regalo», ha señalado. Para el cineasta si fueran americanos, Patricia Tamayo «tendría ya un par de premios Oscar» y Juan Pablo Urrego «sería el actor de moda ahora en el mundo. «Me he sentido muy querido y arropado» trabajando en Colombia en este proyecto que es «un capítulo imprescindible de nuestra historia que nunca olvidaremos», ha incidido.
En cuanto al hecho de que David Trueba haya escrito el guión de la película, el cineasta ha explicado que cuando le llegó el encargo pensó que «no se podía hacer una película» de este libro, con el que «no sólo he llorado, me ha conmovido, sino que he regalado a mucha gente cercana». «Me halagaba, pero que creía que no se podía hacer una película», ha confesado.
Sin embargo, le insistieron, algo que agradece «mucho», y volvió a leer ‘El olvido que seremos’. «Cuando lo acabé dije no se puede hacer una película, pero si tal vez concentráramos la infancia en un momento, la parte adulta en otro y se centrara en dos momentos sería una primera posibilidad pero no fácil, complejo» y «se me metió el veneno dentro», ha relatado.
Según ha contado, habló con el autor del libro para escribir el guión pero él le dijo «mira Fernando, no sé nada de cine, no sé lo que es un guión y yo tarde 20 años en poderme sentar a escribir este libro y lo escribí llorando desde primera a última página, fue abrir esa caja del dolor».
«Decidí escribir yo el guión y como estaba en mitad de mi segunda película de animación, con Mariscal en medio, dije a los productores y a Héctor que me dieran un par de meses para acabar, pero ellos tenían prisa y me pidieron si tenía alguien de confianza para empezar a escribirlo», ha afirmado. «Les dije que sí, pero que estaba más ocupado que yo», ha recordado. «Llamé a David, se lo conté y acababa de terminar una novela y entregar una película, le gustaba mucho la obra y me dijo si es ahora sí», ha recordado, para añadir que «fue una fortuna que empezara a escribir el guión».
«TALENTO APABULLANTE»
Por su parte Cámara ha agradecido la ayuda «inestimable, generosa, gratuita de los actores de Colombia». «Podría echarme a llorar durante meses», ha confesado, al recordar la «relación de amistad con tanta gente brillante y un equipo brillantísimo» que ha forjado allí y que le hace pensar que «hemos perdido un enorme tiempo esperando a que las grandes corporaciones hagan ese link entre España e Hispano América», donde hay un talento «tan apabullante».
«Ha sido un despertar para mí», ha aseverado y ha reiterado que este rodaje ha supuesto «un viaje como actor y como persona». «La parte actoral y emocional me la llevo para siempre y está en cada fotograma, es un canto de sensibilidad, celebrábamos todos hacer este libro», ha añadido.
El actor ha recordado que durante el rodaje tenía «la lágrima contenida todo el rato» y cuando iba vestido de Abad la gente le abrazaba por la calle. Respecto al personaje de Héctor Abad Gómez, ha explicado que es «muy poliédrico» y para prepararlo tuvo «tantas conversaciones con su hijo, con su nieta» y se iba «abrumando» en la medida en que iba conociendo más sobre él. «Intenté hacer un hombre, bueno, pero un padre de familia», ha apuntado.
En cuanto al acento colombiano, ha afirmado que empezó a «trabajar un acento más paisa», pero Abad «no tenía para nada ese acento, era mucho más didáctico, había modulado, tenía cierta prosodia». Además, era «imposible improvisar» y, por eso, tuvo «mucha ayuda», cada vez que tenía que decir algo preguntaba por las expresiones al resto del reparto.
«Lo más importante es que la familia está feliz, les ha gustado», ha dicho sobre su interpretación en el filme, y, para él, ese es «realmente el premio».
Patricia Tamayo ha aplaudido que ha sido una «oportunidad gigante» tomar parte en este proyecto, «con energía, con amor, que llenan todo», algo que «cuando es tan evidente no pasa siempre». Además, ha indicado que ello tiene que ver mucho con el libro ‘El olvido que seremos’ que es «icónico para todos en Colombia». «Era un honor estar con semejantes personas que han hecho cosas tan bellas», ha apuntado sobre la película que para ella ha sido como «un sueño».
Urrego también ha afirmado que ha sido «un regalo de la vida poder hacer este libro y contar esta historia tan bonita y aportar mi granito de arena para que el mundo sepa quien fue Héctor Abad Gómez». «Fue algo muy particular, marcó nuestras vidas y es algo que creo que es muy difícil que se vuelva a repetir», ha destacado, para incidir en que «rozó la perfección».
VIOLENCIA
Sobre el tratamiento de la violencia en Colombia en ‘El olvido que seremos, el productor Dago García ha señalado que el libro y la película «tienen la virtud de que hacen una aproximación a la violencia desde una perspectiva mucho más humana y cotidiana y eso hace que la aproximación al tema sea mucho más poética y lo hace mucho más intensa y reveladora».
«Uno podría caer en la tentación de hacer una película deliberadamente política», pero, a su juicio, de este modo, es » todavía más reveladora, porque se refiere a cómo la violencia nos toca a todos en Colombia, no es algo que se vea solo en zonas de conflicto o en el estamento político». «Esa es la gran virtud de la película, que toca esa problemática de una manera cotidiana», ha reiterado.
Asimismo, se ha mostrado convencido de que esta película «es muy importante y lo va a ser» para Colombia y ha deseado que «ayude a sumar en esta situación en la que estamos sufriendo».