El Gobierno ha destacado este miércoles que estudiará «con atención» la nueva propuesta para desbloquear la reforma de asilo y migración que los países de la UE tienen aparcada desde hace años y ha pedido que «plena solidaridad y responsabilidad en retorno».
En una serie de mensajes en redes sociales, el Ministerio de Exteriores ha trasladado su reconocimiento a la labor de la Comisión Europea para impulsar esta nueva propuesta tras el bloqueo por las diferencias sobre cómo gestionar las llegadas irregulares y que Bruselas espera solucionar con la promesa de un mecanismo de solidaridad entre Estados miembros y un refuerzo de las expulsiones.
Entre otras cuestiones, el Ejecutivo de Pedro Sánchez se ha comprometido a impulsar la plena solidaridad y responsabilidad en retorno, una cooperación estrecha con países de origen y tránsito y el establecimiento de cauces de migración legal.
Igualmente, desde el departamento que dirige Arancha González Laya han abogado por una revisión del Acuerdo de Dublín. La presidenta del Ejecutivo comunitario, Ursula von der Leyen, adelantó la pasada semana que el objetivo de Bruselas era «abolir» este reglamento que deja toda la responsabilidad de la acogida en los países de entrada, para crear un mecanismo de solidaridad que reequilibre el peso de la acogida entre los Veintisiete, pero sin aclarar cómo espera superar la negativa a toda solidaridad por parte de Hungría y Polonia.
No obstante, la comisaria de Interior, Ylva Johansson, matizó más tarde que las reglas de Dublín no desaparecerán sino que serán modificadas para atender a la realidad migratoria.
España espera que la propuesta de reforma tenga cono base el principio de solidaridad entre Estados miembros que reclaman los países en primera línea para repartir el peso de la acogida y sea «realista» con las posibilidades de expulsión de los migrantes que lleguen de manera irregular a la UE y se les deniegue la protección internacional.
«Desde luego, la cuestión de la solidaridad es una de las cuestiones esenciales que tienen que recogerse, veremos cómo se plasma», indicó el secretario de Estado para la UE, Juan González-Barba, a la prensa en Bruselas, la víspera de la presentación de la reforma, en la que el Gobierno de Pedro Sánchez espera también que se recoja la idea de una «cooperación generalizada» con los países de tránsito y origen de los flujos migratorios, lo que pasa también por ofrecerles financiación «adecuada».
Las posiciones de las capitales de cara a esta reforma son «muy distintas», en la que las demandas de los países en primera línea de la presión migratoria se alejan de las de aquellos que no están en la frontera exterior de la UE pero son el destino de los movimientos secundarios de los migrantes, que llegan a suelo europeo buscando protección internacional en estos países.