El FC Barcelona avanza bien en lo que es su operación salida. A pesar de que muchos miran de reojo las distintas negociaciones del club blaurgrana; lo cierto es que ha conseguido dar salida a varios futbolistas con los que ya no contaba o con los que, tal como han revelado varios medios, hacían daño dentro de un vestuario que gozaba de muchos privilegios. Ronald Koeman ya está poniendo orden y disciplina dentro de un equipo que verdaderamente lo necesita, pero algunos de estás salidas han sido un duro golpe para un Lionel Messi cuya continuidad está en vilo; porque si bien se quedó por esta temporada aún no ha decidido renovar.
Para el argentino es su último año, pero la idea del Barcelona es tratar de abordar su renovación durante esta campaña. Sin embargo, la manera de actuar en muchos casos de la entidad catalana y también dos salidas claves, son las que alejan al crack de permanecer mucho más en la Ciudad condal. Si bien la escuadra azulgrana ha dejado ir ya a Arthur, Rakitic, Semedo y Wagué; solo dos salidas han importado de verdad al rosarino: la de Arturo Vidal y, sobre todo, la de Luis Suárez, que aunque no se ha confirmado es casi segura. Ambos eran sus fieles escuderos dentro del vestuario y que dejaran el equipo es un hecho que lo dejaba muy tocado.
Vidal formaba parte de su grupo
Luego de la salida de Neymar del Barça, el grupo de Messi dentro de la plantilla quedó muy reducido; pero en 2018 decidió darle ese espacio a un Vidal que se ganó el cariño del ’10’ blaugrana y cuya relación mejoró mucho durante esta última campaña. A pesar de ser su gran rival en las dos finales de Copa América, que se jugó entre Chile y Argentina, «El Rey» supo llegarle al delantero blaugrana y convertirse en uno de sus amigos fieles.
A Messi le encantó que el chileno llegara para poner esa garra y hambre en el centro del campo que siempre le pone cada vez que juega. Además su aire positivo y esa alegría le gradaron a todos en la plantilla, pero al argentino lo conquistó. Sin embargo, su alta ficha, las diferencias con la directiva y con el nuevo entrenador lo llevaron a la puerta de salida; por lo que ahora todas esas características las repartirá en el Inter de Milán.
La salida de Luis Suárez termina de afectar a Messi
Otra de las salidas que dolió al crack del Barcelona, que aunque no se ha producido ya está más que pactada, es la de Luis Suárez. Desde su llegada en 2014 ambos hicieron migas y su relación llegó a tal punto de que no se separaban en la cancha, en los vestuarios y ni siquiera en vacaciones, en las que las familias de los dos siempre comparten juntos. No obstante, esa amistad generó muchos recelos en un vestuario que se dividió cada vez en más grupos, pero el que comandaba Messi era el de más jerarquía. Los vicios eran muchos y solo la salida del uruguayo podía cortar de raíz todo lo malo.
Bartomeu comandó esa medida, porque entendió que el vestuario se le salió de las manos y no solo la llegada de Koeman lo repararía; por eso fue el nombre de Suárez el único que se puso públicamente en el mercado, debido a que se querían deshacer de él a toda costa. Además de que con eso librarían de su alta ficha, algo que beneficia mucho al club. Lo malo es que para Messi, la forma de comunicarle que no contaban con él (por llamada telefónica) y que más recientemente le frenaran su salia al Atlético, unido a que tampoco lo dejaron salir a él, de verdad lo enfadaron mucho.
Ahora Messi dejará de tener a dos buenos guardaespaldas dentro del vestuario. Sin bien el crack tiene buena relación con otros como Jordi Alba, Busquets o Piqué, pero el más importante era Suárez y este ya no estará. El Barcelona luchará mucho durante este año para que el argentino renueve, aunque dejar fuera a dos de sus compañeros más íntimos no parece ser la mejor forma de empezar.