- Candela Madrid rinde homenaje a las casas de comidas de siempre a través de un género de primera categoría y de recetas clásicas
- El local cuenta con una zona de barra donde disfrutar del tardeo más animado, un comedor principal y distintos reservados para reuniones más íntimas
- Callos, croquetas, rabo de toro, ensaladilla rusa… son algunas de sus especialidades
De vez en cuando abre un restaurante en Madrid que sorprende, no solo por su carta, sino por la alta calidad de sus platos combinada con un ambiente y un servicio impecables. Es el caso de Candela Madrid, un local de nueva apertura en el barrio de Hispanoamérica, en la calle Uruguay 1, que revoluciona el tradicional concepto de casa de comidas. Su apuesta es clara: recuperar sabores, recetas y costumbres de siempre.
Y es que comer en Candela Madrid es retroceder en el tiempo y volver a aquellas tabernas en las que imperaba el mimo al buscar el mejor género del mercado y cocinarlo con calma, sin prisa, con el único objetivo de sacar el mejor partido a un producto ya de por sí es bueno. Es volver a saborear, por un instante, esos platos que, con tanta dedicación, preparaba tu abuela.
Su carta, inspirada en la cocina madrileña, está cuidada y sin florituras. En ella, podemos encontrar desde platos para compartir y picar en la barra hasta propuestas más ‘de cuchara’, de esas que requieren sentarse en buena compañía para disfrutarlas con calma y sin agobios. Para ir abriendo boca, se puede optar una ensaladilla rusa con langostinos, cuya mayonesa es sencillamente espectacular; unas clásicas croquetas de jamón, que se deshacen en la boca en una fusión perfecta entre el crujiente del rebozado y la cremosidad del interior; o una tortilla de patata, al estilo de Betanzos, jugosa y en su punto.
Productos de calidad
Para los amantes de las verduras, las alcachofas fritas de Candela Madrid, con un punto conseguido de sal, son una opción perfecta. Capítulo aparte merece su tomate con aceite de oliva virgen extra, de esos que ya no se encuentran en cualquier restaurante. Su olor y textura te trasladan directamente a la huerta y su sabor te hace revivir esas noches de verano en el pueblo, en las que un simple tomate recién cogido es suficiente para hacer de una cena sencilla todo un lujo.
Los segundos llegan de la mano con uno de los platos estrella del menú: las albóndigas con colmenillas, tiernas y con un sabor a setas embriagador. Tampoco hay que dejar de probar el rabo de toro, ligero y sin harina; el steak tartar elaborado a la vista del cliente y acompañado de patatas suflé; el foie micuit, casero y artesanal; y, como no podía ser menos, sus callos a la madrileña, con pata, mucho morro y el punto justo de picante, tan conseguidos que una barra de pan no es suficiente para mojar en su salsa.
Arroces espectaculares
Los arroces son otra de las patas centrales de la oferta de Candela Madrid. Hay para elegir: a banda, de bogavante, de rabo de toro y boletus y fideuá negra con chipironcitos y langostinos. Sin embargo, todos ellos están perfectamente cocinados, en su punto, con el grano suelto y llenos de sabor. Las carnes hacen su presencia de la mano de una milanesa de ternera que haría palidecer de envidia a cualquier argentino; un solomillo con foie, tan tierno que parece mantequilla; o un Tomahawk Steak, recomendado para los más sibaritas y amantes de la vaca.
Como colofón a una comida perfecta, en Candela Madrid tienen una carta de postres caseros entre los que destacan la tarta de queso, el coulant de chocolate y la tarta fina de manzana. Además, su tiramisú es, probablemente, uno de los mejores que se puedan encontrar en la capital. Su bizcocho impregnado de café se funde con el queso mascarpone a la perfección, como contrapunto sublime al chocolate amargo espolvoreado en su superficie.
La carta de vinos la compone una cuidada selección de 25 referencias en la que, a excepción de algunos clásicos de alta gama, apuesta por etiquetas de autor, denominaciones de origen menos habituales –Toro, Bierzo, Ribeiro, Ribera Sacra…– y, en general, vinos de buena relación calidad-precio que no engrosen la factura final.
De la mano de José María Ibáñez
Candela Madrid supone la vuelta al ruedo de José María Ibáñez, alma de Semon durante 13 años, que ejerce aquí de chef ejecutivo aportando su dilatada experiencia en comedores de la talla de Jockey y Akelarre, su filosofía culinaria de respeto al producto y a la tradición y algunas de sus recetas más. Al frente de sus fogones se encuentra el gallego Pedro González Rial, exjefe de cocina el algunos de los restaurantes del Grupo Oter, mientras que de la partida de dulces y de darle el toque más contemporáneo a la propuesta se ocupa su segundo, Jorge Pérez-Juste, formado en El Celler de Can Roca.
Este espectacular equipo se complementa a la perfección con el servicio del restaurante. Los camareros son capaces de generar un clima de confianza, con su trato cercano y amable, a la vez que sirven los platos de manera profesional, con unos tiempos medidos al segundo y sin agobiar ni hacer eterna la espera.
Para los amantes de la coctelería, Candela Madrid no defrauda. Se pueden encontrar desde lo más clásicos a otros más innovadores, como el mojito de melón, que te hacen recordar, casi sin querer, los míticos chicles que muchos devoraban a la salida del colegio. Además, su personal, solícito y siempre dispuesto a generar una experiencia única, es capaz de crear, en el momento, nuevas combinaciones ajustadas a los gustos personales de cada cliente.
Precios muy competitivos
Candela Madrid cuenta con dos ambientes diferenciados. En la planta superior o planta calle se encuentra la zona de barra, con mesas altas y pantallas para ver el fútbol. Aquí funciona, en horario ininterrumpido, una carta de formato más informal que permite disfrutar de un tapeo de calidad en buena compañía. Para el buen tiempo, la terraza en la parte exterior es idónea para tomar una caña cuando cae el sol en la ciudad. La planta inferior, por su parte, alberga una sala más formal, con horario y carta de restaurante y con capacidad para 20 comensales y 6 más en una mesa apartada con vistas a la cocina para acoger encuentros más relajados, de tertulia y sobremesa. Además, dispone de dos reservados para 10 y 6 personas respectivamente, para reuniones más íntimas y almuerzos de trabajo, con la privacidad propia de las grandes mesas de poder.
Los precios son, asimismo, son muy competitivos. El precio medio en barra ronda los 25 euros, mientras que en la zona de restaurante se eleva a los 45. Está abierto de lunes a miércoles de 11:00 a 23:00 h; de jueves a sábado de 11:00 a 00:00 h y domingos de 11:00 a 17:00 h. Por su parte, el horario de cocina en la zona de comedor es de 13:00 a 17:00 h y de 20:00 a 00:00 h. Candela Madrid dispone también de un servicio de delivery, que logrará que cualquier comida en casa se confunda con una de un restaurante de tres estrellas Michelín.
Candela Madrid es, en definitiva, un lugar para disfrutar con platos que remiten a la memoria culinaria de la capital, a sus grandes comedores burgueses, a la cocina de los hogares y al tapeo más castizo. Una experiencia gastronómica de primer nivel en un ambiente perfecto para olvidarse de las presiones del día a día y que hará, sin duda alguna, que se convierta en uno de los restaurantes de referencia en la capital.