Si abriste este artículo es porque estás experimentado una situación desagradable con una persona de tu trabajo o de tu familia que no se cansa de decirte palabras irónicas y preguntas impertinentes que subestiman tu capacidad para laborar y de resolver cosas. Lo detestable de todo es que piensas en responderle de inmediato con algo que también lo afecte y nada viene a tu mente, pues eres de las personas que siempre mira el lado positivo de las cosas.
Cuando estás en tu casa, de repente llega la respuesta indicada a lo que te dijo y ¡ya para qué!, si es demasiado tarde. Así pasan los días soportando ese tipo de agresiones y parece que tu mente queda en blanco. A veces intentas buscar apoyo en tus compañeros, pero estos secundan al bromista, no se puede ocultar que el chico tiene gracia para decir las cosas. Responder preguntas impertinentes es un arte y como todo se practica, se han recopilado algunos consejos para volverte todo un maestro de las respuestas, regidos por un artículo del diario BBC News. Ahora sí, dile adiós a comentarios como «se te va a explotar el cerebro de tanta inteligencia»
1Escucha primero
No hay una varita mágica que va a mejorar tu capacidad de responder preguntas impertinentes. Abigail Paul, directora artística del Theatre Language Studio (TLS), en Frankfurt-Alemania, indica que el ser humano cuando se encuentra en una situación negativa tiende a no escuchar completo el mensaje de la persona que la está despedazando viva, porque automáticamente está pensando en responder. Así que lo primero que hay que practicar es a escuchar todo el mensaje.
Otro atributo increíble es que nuestros pensamientos suelen ir más rápidos que el habla. Esto le da al ser humano la ventaja de construir su respuesta y lanzar como un puñal el comentario, pero eso sí, tomando en cuenta las palabras dichas por el interlocutor.