- El producto, de una firma de cosméticos española, se puede encontrar por Internet o en grandes superficies
- Solo es necesario aplicarlo un día a la semana
El uso obligatorio y prolongado de mascarilla, agravado por los rebrotes surgidos en España, puede ocasionar numerosos problemas en nuestra piel como el aumento del sebo facial, la aparición de imperfecciones e incluso irritación, tal y como reconoce el Grupo Español de Investigación en Dermatitis de Contacto y Alergia Cutánea.
«Son numerosos los pacientes que acuden a la farmacia quejándose de la sensación de ahogo, de la deshidratación de la piel de la cara y, también, de esas rozaduras que generan en ocasiones las mascarillas», aseguran desde el Colegio Oficial de Farmacéuticos.
En este sentido, la saliva y el sudor provocan el crecimiento de bacterias en las mascarillas, que son, precisamente, las que pueden agravar problemas cutáneos al atrapar la humedad entre la tela y la piel. La pregunta es: ¿hay alguna manera de evitarlo?
Evitar el maquillaje
Según los expertos, es importante tener una buena rutina facial, así como, limpiar el cutis con lociones que no resequen e hidratarlo cada día. Un producto estupendo para ello. Además, desde la Asociación Española de Dermatología y Venerología (AEDV) recomiendan, “evitar usar maquillaje; utilizar cremas hidratantes adecuadas para el tipo de piel y de la edad; lavar la cara con agua templada y jabones limpiadores suaves y sin fragancias; usar otra mascarilla si aparecen problemas cutáneos con un tipo concreto”.
“Las mascarillas absorben la grasa natural de la piel. Esa falta de grasa es la causante de rojeces, heridas y granos. Y la clave para prevenir este tipo de heridas es la hidratación. Es importante utilizar una buena crema hidratante. Y es importante aplicarla sobre la piel de la zona media hora antes del uso de la mascarilla. Si hidratar es la clave, los y las expertas recomiendan aparcar durante un tiempo el maquillaje. Las bases de maquillaje suelen conseguir lo contrario, obstruir los poros y resecar la piel”, confirman desde Terai Cosmetics.
Si todavía se opta por el maquillaje…
En todo caso, si no se quiere o puede evitar el maquillaje es importante reducir la cantidad de producto, usando bases impermeables y sin transferencia. Sin embargo, es preferible apostar por el maquillaje en polvo y resaltar la mirada, así como utilizar toallitas para reducir la sudoración y los brillos. No solo eso. Será preciso tener un especial cuidado de la piel una vez que se retira la mascarilla, aplicando un limpiador suave y un tónico purificador.
Manteca de karité
Un producto especialmente indicado para prevenir los problemas asociados a las mascarillas en la piel es la manteca de karité, un gran regenerador celular que puede ser aplicado en cualquier parte del cuerpo, con propiedades hidratantes y protectoras. Tiene un gran poder de hidratación y nutrición que mejora la elasticidad de la piel, a la vez que la repara y la regenera gracias a su contenido en vitamina F. Además, es un excelente agente curativo y eficaz contra quemaduras y cicatrices debido a sus vitaminas A,D,E y F.
Por otro lado, sus propiedades antiinflamatorias alivian el dolor debido a la artritis y al reumatismo. Además, la manteca de karité nos protege del sol y nos previene contra posibles quemaduras solares, ya que recubre la piel con una película invisible. Al igual, protege contra el frío, es muy efectiva para evitar la humedad en las manos y en los labios. Por último, trata los problemas de estrías, arrugas, manos o talones secos o ásperos, incluso de acné.
Por un euro
Sin embargo, no hay que recurrir a cosméticos especialmente caros para conseguirlo. Por solo un euro es posible comprar la Mascarilla Facial Manteca de Karité de IDC Institute, en grandes cadenas como Amazon o Primor. Esta marca de cosmética natural, perteneciente a Aquarius cosmetics y de origen catalán, ha conseguido posicionarse en el mercado en poco tiempo gracias a su variedad de productos a buen precio. Su modo de empleo es muy sencillo: se debe aplicar sobre la piel seca y limpia, dejar actuar durante unos veinte minutos y retirar permitiendo que se reabsorba naturalmente el exceso de producto.
Los resultados no se hacen esperar. En pocos minutos la piel luce tersa y luminosa. Con utilizar este producto una vez a la semana es más que suficiente para prevenir las desagradables consecuencias para prevenir y eliminar las rojeces consecuencia del uso prolongado de cubrebocas. No es solo una cuestión estética: tener irritaciones en la piel aumenta el riesgo de tocarse la cara, lo que, a su vez, incrementa las posibilidades de contagiarse.
La mascarilla ha venido para quedarse por lo que también es importante lavar e hidratar la piel con más frecuencia, así como aumentar la protección solar. El hecho de llevar mascarilla no significa que estés a salvo de la radiación solar. No está claro cuánta radiación UV llega a la piel a través de las mascarillas. Después de haber estado tanto tiempo en casa, nuestra piel es mucho más sensible al sol y por tanto el riesgo de quemadura solar puede aumentar, por lo que es recomendable reaplicarla cada dos horas.
10 minutos sin mascarilla
Además, también es recomendable que se eviten las salidas a las horas centrales del día, intentar mantener la piel seca y libre de sudor y, en caso de uso continuado, retirar la mascarilla 10 minutos para ventilar el rostro cada dos o tres horas máximo.
En cuanto a las afecciones que pueden producir en la piel los diferentes tipos de mascarillas, la FFP2 y la 3 son más oclusivas, llevan más capas y producen con mayor facilidad marcas y dermatitis por el roce. Por el contrario, las mascarillas higiénicas y quirúrgicas son más livianas, y aquí raramente ocurren estas dermatitis.
Asimismo, en cuanto al uso general de la mascarilla, es fundamental lavarse las manos antes del uso o manipulación de la misma, así como antes de retirarla. De igual forma, debe estar colocada en su posición correcta, cubriendo nariz y boca en todo momento. No se debe retirar para hablar, tose… y para retirarla, hay que hacerlo tirando de las gomas o cintas, evitando tocar el tejido.