Jaume Fort, director del Mundial de Balonmano Femenino que acogerá España en 2021, expresó su deseo de que la plata conquistada por la selección en el pasado Mundial de Japón pueda ayudar a «atraer público y seguidores» al evento, y afirmó que hay que «convencer a la gente de que disfrutar de balonmano femenino también es posible».
«Espero y deseo que así sea, que ayude. Vamos a organizar un Mundial en casa con una plata colgada al cuello y eso debería contribuir a que todo el mundo esté con el máximo de ilusión y a que se puedan atraer públicos, seguidores y la gente que normalmente no se plantearía ir a verlo», señaló Fort en su participación este lunes en el foro virtual #EspacioRFEBM.
El exportero remarcó además que este será el «primer Mundial femenino con 32 selecciones» y que se celebrará a final de año ya con los Juegos de Tokio «recién acabados». «El de 2021 es un calendario muy apretado, pero hace posible que veamos balonmano femenino y lo conozcamos mejor y aprendamos a disfrutarlo porque hay grandísimas jugadoras de las que hay que aprender», admitió.
CORONAVIRUS
El catalán también reconoció el impacto que puede tener la pandemia del coronavirus, aunque quede año y medio todavía para el campeonato. «Con esto lógicamente todo ha quedado ralentizado, pero esperamos retomar pronto los contactos con las sedes y formalizar los acuerdos», expresó.
«Tenemos que conseguir que el balonmano femenino dé ese paso hacia delante y para ello hace falta una apuesta decidida en todos los ámbitos. Yo estoy viviendo una experiencia muy interesante en el balonmano femenino en Rumanía y me gustaría poder explicar y convencer a la gente de que disfrutar de balonmano femenino también es posible», agregó Fort, que es además el entrenador de porteras de la selección rumana.
Y aparte de estos dos cargos, es el presidente de la Federación Catalana de Balonmano, aunque lleva «muy bien» compaginarlo todo, sobre todo porque en el organismo han hecho «las cosas bastante bien» en los últimos tres años, mientras que para su trabajo con Rumanía se apoya en «las nuevas tecnologías». «Veo todos los partidos, los analizo, y si lo necesito puedo hablar con los entrenadores de los clubes», puntualizó.
«Me siguen llegando ofertas, pero mi situación actual hace que no me lo pueda plantear. Siempre he hecho cosas muy distintas y empezar proyectos nuevos no me asusta en absoluto», admitió preguntado sobre cuando podría aceptar un puesto de entrenador.
«GONZALO Y RODRIGO SON UN TÁNDEM TOP»
Por otro lado, dada su experiencia en la portería, califico de «tándem top» el que forman en la actualidad en la selección español Gonzalo Pérez de Vargas y Rodrigo Corrales, «de características distintas, pero que se complementan bien y tienen una edad que les da mucho recorrido». «Los que suben por detrás sabrán dar el salto, siempre ha ocurrido, yo lo viví en mis propias carnes cuando se retiró Lorenzo Rico, que era el referente», indicó, apuntando a la «capacidad de saber leer el lanzamiento de un jugador» como la cualidad a tener en cuenta para un buen portero.
Para Jaume Fort, en lo referente al combinado nacional, desde que llegó la medalla de plata europea en el 96, «siempre pasa algo para que el listón se mantenga o suba». «El podio se ha quedado pequeño y ahora es candidata a subir a lo más alto», admitió.
«Cuando llega la hora de luchar por las medallas el equipo tiene una historia detrás que da confianza, aplomo y sangre fría para tomar las mejores decisiones en momentos delicados y por eso ha llegado donde hemos llegado», subrayó el exguardameta que, por el contrario, cree que hacen falta «jugadores grandes», una carencia que se ha minimizado gracias a la riqueza táctica en el juego.
El presidente de la Federación Catalana también opinó sobre el caso de dopaje que afectó a la selección rumana a días de partir a Japón para el Mundial y lo consideró «un tremendo error, una ineptitud» y se mostró convencido de que las jugadoras implicadas son «víctimas».
Finalmente, no ve mal el éxodo de los mejores jugadores nacionales que no estén en el Barça al extranjero. «Lo que me preocupa es que los jóvenes que se bregan en la ASOBAL no pierdan la motivación por dar ese salto a competiciones de máximo nivel. Si no la pierden, la ASOBAL se convertirá en un vivero de jugadores», explicó.
«Cuando yo me fui a Alemania tenía 33 años y las cosas en Cantabria no pintaban tan bien. Me llegó una muy buena oferta y además llevaba estudiando, por placer, alemán. Fueron 5 años de los que guardo un recuerdo estupendo», concluyó el catalán, que dejó el Teka para marcharse a la Bundesliga.