El ala-pívot del Barça de baloncesto Nikola Mirotic ha asegurado que rechazó un «contratazo» de tres años con Utah Jazz, justo cuando se disponía a coger un avión para firmar, para poder jugar en Europa, ya que no quería «seguir en la NBA» porque no sentía «la felicidad» ni la sensación de ser «una pieza importante» que sí vive en el Viejo Continente.
«Estaba en Grecia con mi familia de vacaciones, iba a quedarme hasta el 3 de julio para pasar la agencia libre allí. Mi agente se puso en contacto con Utah, habían tenido varias reuniones a principios de junio y yo sabía que iba a tener una muy buena oferta. Me dice que quieren reunirse el 30 de junio, que quieren firmarme como el primer jugador en la agencia libre. Me ofrecen tres años garantizados, un contratazo. Me dije que era joven y que tal vez debía cogerlo», declaró en el programa de Youtube ‘Confinados sin Basket’ del canal SergioBasket_vlogs.
Así, habló con su mujer, que le dijo que eligiera lo que le hiciera «más feliz» porque le iba «a apoyar». «Dije que se quedasen allí, que yo iba a la reunión, firmaba y volvía; me pillan un billete de ida y vuelta. Me fui al aeropuerto de Tesalónica y esperé en la puerta. Ahí empecé a pensar ‘¿Qué coño estoy haciendo aquí en el aeropuerto, por qué no estoy con mi familia?’. Pero luego decía ‘¿Y la NBA?’. Me dije a mí mismo ‘No lo hagas, Niko. Si vas, vas a renovar. Quédate aquí'», confesó.
«Salí del aeropuerto, cogía la maleta, me metí en el taxi y volví al hotel. Mientras estaba volviendo le dije a mi agente que no iba a coger el vuelo. Le dije que hablase con la gente de Utah, que les pidiese perdón, pero que iba a tomar la decisión de irme por otro lado porque no quería seguir en la NBA. Cuando mi mujer me vio, se asustó, pensaba que había perdido el vuelo», prosiguió.
Su rol en el equipo durante sus cinco años NBA fue precisamente lo que le llevó a tomar la decisión. «Yo soy muy ambicioso y muy competitivo, sabía lo que esperaban de mí; podía tener tiros, hacer ‘pick and roll’ con los grandes, se esperaba que metiese 10 puntos, un par de rebotes y ya está. Sentí que el tiempo iba pasando y tal vez no había jugado el mejor baloncesto de mi vida en la NBA. En cuanto no sentí esa felicidad de mejorar dije que era el momento de volver y hacer algo más grande en Europa«, subrayó.
«Para mí, lo más importante siempre ha sido disfrutar del juego, ser feliz, ser una pieza importante e intentar ganar los títulos. Necesito retos, sentirme importante, tener el último tiro, y ahí era difícil. Yo no quería renovar otros tres o cuatro años y seguir siendo un jugador fuera de los tres mejores del equipo», continuó.
Además, rememoró sus primeros contactos con la liga norteamericana. «Fui ‘drafteado’ en 2011, pero en ese momento no me sentía preparado para ir, y tampoco los Bulls sentían la necesidad de que yo fuese. Pasaron tres años y la directiva me quería sí o sí. Sentí que era un tren que pasaba una vez en la vida, que había que dar el paso, aunque mucha gente hubiese preferido quedarse un año más y jugar ese año la ‘Final Four’ en Madrid. Yo decidí irme y no me arrepiento», apuntó.
«Justo ese año firmó su contrato Pau Gasol con los Bulls. Tuvimos un equipazo, con Derrick Rose, Joakim Noah… Eso fue increíble. Jugamos dos semifinales contra los Cavaliers de LeBron James, y, encima, tener minutos, fue espectacular. Creo que me enseñé a mí mismo, que tenía dudas, que lo iba a hacer bien. Cada temporada de las cinco fue mejor. Lo dejé en el mejor momento, cuando iba a mejorar en contrato, pero sentía que quería algo diferente y tomé una decisión que para algunos fue sorprendente», expuso.
El hispano-montenegrino explicó que su adaptación al Barça «ha sido buena». «Pesic me dijo que estaba sorprendido. Los compañeros me ayudaron a mejorar y entender el juego más rápido. Tuvimos nuestros bajones, pero antes de empezar todo esto habíamos ganado 9-10 partidos seguidos. El equipo iba a optar a un título», indicó.
En otro orden de cosas, Mirotic bromeó con el hecho de que muchos no le perdonen haber recalado en el conjunto azulgrana después de jugar en el Real Madrid. «Me sigue pasando que en pabellones a los que voy a jugar me pitan, me llaman rata y pesetero, y, cuando salgo del vestuario hay como cien personas pidiéndome fotos», dijo entre risas.
En este sentido, confesó que se preparó para vivir esa situación. «Con la llegada a Barcelona, me prepararé mentalmente para lo que iba a ser; iba a ser un bombazo, pero iba a recibir también muchas críticas y mucha gente no lo iba a entender. Yo estaba más que preparado para eso, no hubiese dado el salto si no lo hubiese estado. Era muy consciente de dónde me metía. No es fácil, pero teniendo el apoyo de mi familia se lleva mejor», manifestó.
Por último, habló de su primeras semanas tras la vuelta de los entrenamientos. «Los primeros dos o tres días estuve sufriendo, con el toque perdido, jamás me había pasado en mi vida estar dos meses sin tirar a canasta. Pero poco a poco, vuelven las sensaciones», concluyó.