Comer verduras, hacer ejercicio y no fumar puede reducir el riesgo de desarrollar enfermedad renal crónica, según ha puesto de manifiesto un estudio llevado a cabo por investigadores del Karolinska Institutet en Suecia y la Universidad Griffith en Australia, y que ha sido publicado en ‘The Journal of the American Society of Nephrology’.
Aproximadamente el 10 por ciento de la población mundial sufre algún tipo de enfermedad renal crónica. En 2017, se estimó que más de 1,2 millones de personas murieron como resultado directo de su enfermedad renal y otros 1,4 millones de las complicaciones cardiovasculares causadas por una función renal reducida.
A pesar de estas cifras, no existe una guía basada en evidencia sobre qué cambios en el estilo de vida pueden ayudar a prevenir que ocurra la enfermedad renal, por lo que el consejo actual a los pacientes se basa en cómo prevenir otras enfermedades, como la hipertensión y las enfermedades cardiovasculares, que se consideran causas importantes de daño renal.
Los investigadores han realizado una revisión sistemática y un metanálisis de más de 100 artículos de investigación publicados para investigar qué cambios en el estilo de vida pueden reducir el riesgo de enfermedad renal. El estudio incluyó a más de 2,5 millones de personas sanas de 16 países.
«Descubrimos que el estilo de vida juega un papel importante e identificamos una serie de recomendaciones que se pueden transmitir a personas sanas que desean reducir su riesgo de desarrollar enfermedad renal crónica», han señalado los investigadores.
En este sentido, los expertos aconsejado una dieta más rica en verduras, una mayor ingesta de potasio, más ejercicio, menos consumo de alcohol, menos sal y dejar de fumar. A su juicio, el cumplimiento de estas recomendaciones podría reducir el riesgo de enfermedad renal crónica entre un 14 y un 22 por ciento.
«En ausencia de estudios de intervención aleatorizados en el campo, este estudio es la mejor evidencia que tenemos hasta la fecha sobre qué opciones de estilo de vida pueden ayudar a la prevención primaria de la enfermedad renal», han dicho los investigadores.
Finalmente, han apostillado que estos consejos se aplican a personas sanas en riesgo de desarrollar problemas renales y que las personas que ya padecen enfermedad renal deben seguir otras recomendaciones de estilo de vida para evitar una tensión innecesaria en sus riñones.