La edición del genoma para corregir enfermedades hereditarias «aún no está lista para ser probada de forma segura y efectiva en humanos», han alertado expertos en un nuevo informe, realizado por la Comisión Internacional sobre el Uso Clínico de la Edición del Genoma en la Línea Germinal Humana, que sí ve permitido inicialmente un uso clínico aunque limitado a enfermedades graves de un solo gen.
«Los embriones humanos cuyos genomas han sido editados no deben ser usados para un embarazo hasta que se establezca que se pueden hacer cambios genómicos precisos de forma fiable sin introducir cambios no deseados», un criterio que aún no ha sido cumplido por ninguna tecnología de edición del genoma, según señalan los expertos que firman este informe, y quienes este jueves han realizado una rueda de prensa, donde han tratado de aclarar cómo debe ser el uso responsable de la edición del genoma, «en caso de que algún país tome la decisión de permitir su uso».
Esta Comisión se formó a raíz de la Cumbre Internacional de Edición del Genoma Humano de 2018 celebrada en Hong Kong (China), después de que el investigador chino He Jiankui enseñara al mundo que habían nacido dos niñas a las que había modificado su ADN, en concreto mediante la edición del gen CCR5, para impedir que éstas nacieran con el VIH.
Tras las críticas que señalaron entonces que era «prematuro e irresponsable emprender la edición hereditaria del genoma humano», se formó ésta comisión compuesta por 18 representantes de 10 países con experiencia en tecnología de edición del genoma; genética y genómica humana; medicina reproductiva, pediátrica y de adultos; ciencia regulatoria; bioética; y derecho internacional.
La Academia Nacional de Medicina de EEUU, la Academia Nacional de Ciencias de EEUU y la Royal Society del Reino Unido, que forman parte de secretaría de la Comisión, han dado a conocer este informe que aboga por «un amplio diálogo social» antes de que cualquier país decida si permite su uso clínico.
«Si una nación decide que la edición hereditaria del genoma humano (HHGE) es permisible, los usos iniciales debe limitarse a la prevención de las enfermedades monogénicas graves, que resultan de la mutación de una o ambas copias de un solo gen – por ejemplo, la fibrosis quística, la talasemia, la drepanocitosis anemia, y la enfermedad de Tay-Sachs», señala el informe.
Para estos casos, según ellos expertos, «la edición del genoma sólo debería ser considerado cuando los futuros padres tienen un riesgo conocido de transmitir una grave enfermedad monogénica y no tienen otra opción o sus opciones son extremadamente malas, debido a circunstancias genéticas o a la combinación de circunstancias genéticas y cuestiones de fertilidad».
«Cualquier uso inicial de HHGE debe proceder de manera gradual y cautelosa», ha señalado Richard Lifton, Copresidente de la Comisión y presidente de la Universidad Rockefeller, en la ciudad de Nueva York (EEUU), quien ha apostado por buscar una balanza entre los beneficios y los daños potenciales antes de usar esta técnica.
«Para la prevención de graves enfermedades monogénicas, la comisión ha definido una vía de translación clínica responsable a partir de una rigurosa investigación preclínica que determina si se puede y cómo se puede realizar la edición de manera eficiente y con gran precisión, a la aplicación clínica», ha añadido.
LOS PAÍSES DECIDIRÍAN SI SE DEBE APLICAR LA EDICIÓN DEL GENOMA
«Los países decidirían entonces si la aplicación de la edición es permisible», ha señalado, siempre que se den datos preclínicos positivos así como por una amplia discusión de la cuestiones éticas. Para ello el informe da orientación sobre los elementos esenciales en la supervisión clínica, sin embargo, añade el informe, «en este momento, no es posible definir las vías responsables de traslación de la investigación a la clínica para otros usos potenciales de HHGE».
Según el informe, «los usos, circunstancias y consideraciones difieren ampliamente en este momento, así como los avances técnicos que se necesitarían para hacer posible que haya otros usos clínicos adicionales».
«Si alguna vez se utilizan, es de vital importancia que estas tecnologías se utilicen para intervenciones justificadas, basadas en una comprensión rigurosa de cómo la variante patógena conduce a enfermedad», ha explicado la copresidenta de la comisión, Kay Davies, profesora de genética en el MDUK Oxford Centro Neuromuscular de la Universidad de Oxford.
Se necesita más investigación sobre la tecnología de la edición del genoma en embriones humanos, para asegurar que se puedan hacer cambios precisos sin efectos no deseados fuera del objetivo», ha añadido, apelando a la «cooperación internacional» ya que consideran que el debate abierto de todos los aspectos de la edición del genoma «será esencial.
LA OMS EMITIRÁ SU OPINIÓN A LO LARGO DEL AÑO
El objetivo de la Comisión era definir los criterios y normas específicas que se requerirían antes de considerar realizar una HHGE para su uso clínico. El informe resultante informará a la Organización Mundial de la Salud (OMS), concretamente al comité asesor de expertos sobre la edición del genoma humano, que está desarrollando mecanismos de gobernanza apropiados para la edición del genoma humano tanto hereditario como no hereditario para investigación y usos clínicos.
Mientras cada nación que considere el desarrollo de HHGE debe basar la aprobación en su propia infraestructura regulatoria y sus autoridades de supervisión, «pero todos los países en los que se está investigando o realizando HHGE deberían tienen mecanismos y organismos reguladores para supervisar el progreso hacia posibles usos, prevenir los usos no aprobados y sancionar las malas conductas», advierte el informe.
Además, antes de cualquier uso clínico de HHGE, deben establecer un Grupo de Asesoramiento Científico (independiente y multidisciplinar) para evaluar continuamente el estado de la pruebas relativas a la seguridad y la eficacia tanto de la edición del genoma humano como de la asistencia asociada tecnologías de reproducción.
Y a fin de proceder a cualquier aplicación de HHGE que vaya más allá de los usos iniciales descritos por la comisión, los expertos aconsejan la creación de un organismo multidisciplinar para hacer recomendaciones sobre cualquier propuesta de nueva categoría de uso, y para asesorar sobre los beneficios y riesgos científicos y clínicos.
CÓMO DEBE SER LA INVESTIGACIÓN DE USO CLÍNICO
La vía translacional descrita en el informe para el uso clínico inicial de HHGE identifica un número de requisitos de pruebas preclínicas que deben cumplirse para «demostrar con alta confianza» que los embriones han sido correctamente editados como se pretendía, antes de que se intente establecer un embarazo con estos.
El desarrollo ‘in vitro’ de los embriones humanos editados también deben ser evaluados antes de establecer un embarazo para asegurarse de que cumplen hitos del desarrollo, comparables a los de los embriones no editados resultantes de la corriente en prácticas de fecundación ‘in vitro’.
Una biopsia debe demostrar que la edición pretendida está presente en todas células biopsiadas, sin evidencia de ediciones no intencionales. «Si, después de una evaluación rigurosa, la reglamentación aprueba establecer un embarazo, la supervisión del embarazo resultante es vital, así como seguimiento a largo plazo en la edad adulta de cualquier niño que nazca», afirman.
No obstante, señalan que «la investigación debe continuar para evaluar el uso potencial de las células madre en la producción de óvulos o esperma humanos». Esta técnica podría reducir o eliminar la necesidad de edición del genoma, una técnica que «debe ser cuidadosamente evaluada, ya que plantea sus propios problemas médicos, éticos y sociales».