Seguro que en uno de tus viajes a tu destino de vacaciones has visto la silueta de un toro en lo alto de un monte. Tal vez nunca hayas visto ninguno pero te han hablado de él. ¡El Toro de Osborne! Un clásico español que forma parte de nuestras vidas, «algo muy nuestro», el icono de varias generaciones.
Con casi 75 años de historia, el Toro de Osborne ha sido, es y será un emblema y parte del entorno de la geografía española. Ha sido referencia la hora de situarnos en una determinada provincia y su presencia ha sido testigo de los kilómetros recorridos y los que aún nos quedaban hasta llegar a nuestro destino. Pero, ¿sabes de dónde viene su historia? ¿Sabías que el primero se ubicó en la carretera de Madrid-Burgos en el kilómetro 55?
1El origen de un clásico
En 1956, las Bodegas Osborne, nacidas en la ciudad gaditana de El Puerto de Santa María, piden a Manuel Prieto (dedicado a la parte creativa de la empresa Azor) la creación de un diseño que represente al Coñac Veterano. La Bodega busca impactar con su nueva creación y después de barajar y darle muchas vueltas, encuentran la esencia que les va a hacer crear un icono perfecto.
En aquellos años, la figura del hombre en la sociedad está marcada por la virilidad y el poder. El poder de hacer lo que quiera simplemente por el hecho de ser un varón. Todo varón tiene que ser fuerte, y claro, un hombre bebe coñac mientras fuma un puro. ¿Cómo se representa eso para que sea una gran campaña publicitaria? Buscando símiles. Si el hombre es fuerte, se dice que está fuerte como un… ¡toro!
Ahí estaba lo que ansiaban y querían para el proyecto publicitario. El actual Brandy iba a ser publicitado por un toro, pero no un toro cualquiera sino un semental bravo, negro azabache y de pura casta.