Aunque la okupación ilegal de la vivienda está ahora más de actualidad que nunca, esto lleva ocurriendo durante bastantes años en España. Según el Sistema Estadístico de Criminalidad, perteneciente al Ministerio del Interior, más de 14.600 inmuebles se ocuparon en 2019. Este número supone una media de 40 okupaciones al día.
Según el mismo informa, entre enero y junio de 2020, la cifra de viviendas okupadas de forma no correspondiente a la ley han sido 7.450, una cifra que crece en casi 350 más que en el mismo periodo del año anterior. Esto quiere decir que durante la pandemia del coronavirus, la usurpación de la vivienda ha crecido y esto puede ser debido a la situación económica que se ha generado.
El objetivo de los okupas
Según un estudio elaborado por el Instituto Cerdá en 2017, las viviendas okupadas en todo el territorio nacional se estimaban en más de 87.500, cifras que, según otros estudios, podían llegar a alcanzar las 100.000. La vivienda que suelen elegir estos okupas y las mafias que se supone que están detrás, son las pertenecientes a los bancos y entidades que se quedaron tras ejecutar el desahucio de su dueño anterior.
Según el informe del Sistema Estadístico de Criminalidad, es en Cataluña en donde en 2019 se llevaron a cabo la mayor parte de las okupaciones ilegales, cerca de 7000. Otras comunidades muy afectadas son Andalucía y en menor parte Madrid y Comunidad Valenciana seguidas por Castilla-La Mancha.
A veces el dueño de la vivienda que ha sido okupada no es una caja de ahorros rescatada ni una entidad bancaria, si no una persona normal que se ve desamparada tras haber perdido su vivienda y sin poder hacer nada de manera instantánea. Estas personas se ven obligadas a recurrir a las muchas empresas que existen en España encargadas de la desokupación de estas viviendas okupadas.
Como funciona la desokupación
Ante el largo tiempo que puede llevar un proceso judicial para poder echar a los okupas de tu propiedad, que puede dilatarse hasta 9 meses, los dueños recurren a empresas desokupa que actúan al límite de la ley y ofrecen servicios de desalojo express en apenas unos días. Una vez que el dueño llama a una de estas empresas, los encargados de hacer la desokupación estudian el caso concreto y deciden cuál es la mejor forma de actuar.
Lo primero en lo que se fija una empresa de desokupación es si la persona que está allanando la propiedad ajena está amparada por algún tipo de ley. En caso de ser así, llevar a cabo el desalojo podría incurrir en alguna acción ilegal y podría acarrearle problemas al dueño legítimo de la vivienda.
El dueño de la vivienda deberá demostrar, con las escrituras en la mano, que es el dueño legítimo de la propiedad para que se pueda dar inicio al procedimiento de desalojo. Cuando se ha comprobado que el dueño es quien dice ser y que la casa está ilegalmente ocupada, los efectivos de la empresa desokupadora acuden hasta el domicilio a hablar con los usurpadores ilegales.
En el primer proceso, los desokupadores intentan negociar una salida pacífica y un abandono del inmueble. Esta negociación, en la mayor parte de las veces, se realiza en presencia del dueño de la propiedad. Si la negociación finaliza de manera exitosa, los okupas abandonan la propiedad de forma pacífica, el dueño recupera su propiedad y termina el trabajo de la empresa desokupadora.
Si la negociación no termina de forma satisfactoria para la empresa y los okupas se niegan a abandonar la propiedad o no acceden a hablar con la empresa de desokupación, comienza el operativo en el que estas empresas están especializadas. La empresa de desalojo está compuesta por miembros preparados para afrontar cualquier situación de violencia y estarán haciendo guardia en la puerta del inmueble durante las 24 horas del día para evitar que entre nadie a la vivienda.
Cuando un okupa abandona la vivienda, el propio desokupador le advierte que no va a poder volver a acceder a la vivienda que ilegalmente ha allanado y que en caso de que el local quede vacío, entrarán y se la devolverán al dueño legítimo. Todo este protocolo se realiza de forma agresiva, pero en la mayoría de las ocasiones, sin necesidad de llegar a las manos, ya que la propia presencia de los desokupadores intimida a las personas que están cometiendo el delito y tras un periodo de tiempo acaban abandonando el local y aceptando llegar a un acuerdo con el propietario.
Uno de los últimos protocolos de estas empresas de ocupación es el de utilizar perros en la desokupación. Según una empresa desokupadora en Madrid, que es el primero en utilizarlos, la efectividad al usar canes de raza pastor belga malonois es del 100%. Estos animales están adiestrados para este servicio y nunca han tenido que morder a ninguna persona.
El precio de la desokupación
Si bien es cierto que las empresas son herméticas a dar precios concretos, este servicio puede estar entre los 3.000 y 8.000 euros dependiendo del periodo que tome llevarlo a cabo y del porcentaje de éxito que pueda tener la desokupación.
El precio por el servicio de desokupación conlleva el abogado y procedimiento civil de todo el protocolo. Estas empresas garantizan un 90% de éxito de desokupación y el periodo de tiempo que puede acarrear de media es de una semana.
Algunas empresas justifican los altos precios aludiendo al alquiler, ya que pagar una desokupación es, para ellos, algo barato si se tiene en cuenta lo que se perdería de dinero si la casa estuviera, en vez de okupada, alquilada. Las empresas de desokupación tampoco conceden financiación a estas acciones. Estas empresas piden el pago íntegro de la cantidad acordada. Esta cantidad no es fija, como dijimos antes, y depende de muchos factores. Lo que si aseguran es que el precio fijado es personalizado dependiendo de cada acción y de cada cliente y que según esto, ellos deciden la cantidad a percibir.