Investigadores del National Institute for Health Research de Rino Unido han descubierto cómo se altera el sistema inmunológico en una rara enfermedad relacionada con el COVID-19 en niños denominada síndrome multisistémico inflamatorio pediátrico (PIMS-TS).
El PIMS-TS es un raro síndrome que ha surgido en un pequeño número de niños durante la pandemia de COVID-19. La afección causa una grave inflamación de los vasos sanguíneos y puede provocar daños en el corazón.
Los investigadores analizaron muestras de sangre de 25 niños que padecían PIMS-TS y las comparó con las de niños sanos. El estudio, publicado en la revista ‘Nature Medicine’, mostró que en la etapa aguda de la PIMS-TS, los niños tienen niveles elevados de moléculas llamadas citoquinas, y niveles reducidos de glóbulos blancos llamados linfocitos. Vieron que para el momento en que los niños se habían recuperado, los cambios en el sistema inmunológico habían vuelto gradualmente a la normalidad.
Aunque el número de niños en el estudio fue pequeño, esta es la primera evidencia sobre el papel del sistema inmunológico en la enfermedad. Proporciona evidencia vital para futuras investigaciones e indicará qué tratamientos pueden ayudar a los pacientes con la enfermedad.
Los primeros casos de PIMS-TS fueron tratados a mediados de abril. Los informes iniciales sugirieron que la condición puede ser similar a las condiciones existentes como la enfermedad de Kawasaki. Sin embargo, la nueva investigación confirma que el PIMS-TS afecta al cuerpo de una manera diferente a otras condiciones conocidas y ha sido identificado como un nuevo síndrome.
En este trabajo se analizaron muestras de sangre de 25 niños que habían dado positivo en las pruebas del virus Sars-COV2, tenían síntomas de COVID-19, habían estado en contacto cercano con alguien que había dado positivo, o cuyo padre era un trabajador de la salud.
Se analizaron muestras de sangre de niños que se encontraban en diferentes etapas de la enfermedad, desde la fase aguda cuando llegaron por primera vez al hospital, hasta sus citas como pacientes externos. Los investigadores compararon estos resultados con los de siete niños sanos de la misma edad.