El acrónimo CIF responde al término Código de Identificación Fiscal, hasta el año 2008 era el nombre que se daba al sistema de identificación tributaria en España para las personas jurídicas o entidades como regulaba el Decreto 2423/1975, de 25 de diciembre. Sin embargo, este se derogó el 1 de enero de 2008 por el Real Decreto 1065/2007, de 27 de julio de 2007, pasando a ser el NIF (Número de Identificación Fiscal) el modo de identificación tributaria de las personas físicas y jurídicas. A nivel legal está claro que el CIF y el NIF han pasado a ser la misma cosa, pero a nivel práctico de calle seguimos estableciendo una diferencia básica llamando NIF al código que identifica a las personas y CIF al que identifica a las empresas.
Cómo es el CIF
Se trata, claro está, de un código único y exclusivo para cada empresa, de un modo llano podemos decir que el CIF es el carnet de identidad de las empresas. Está formado por una letra inicial a la que siguen siete números y que cierra otra letra o número de control. La letra inicial tiene un significado, es la que nos dice cuál es la forma jurídica en la que está constituida la empresa. Pueden ser:
A. Sociedades anónimas.
B. Sociedades de responsabilidad limitada.
C. Sociedades colectivas.
D. Sociedades comanditarias.
E. Comunidades de bienes.
F. Sociedades cooperativas.
G. Asociaciones y fundaciones.
H. Comunidades de propietarios en régimen de propiedad horizontal.
J. Sociedades civiles.
N. Entidades no residentes.
P. Corporaciones locales.
Q. Organismos autónomos, estatales o no, y asimilados, y congregaciones e instituciones religiosas.
R. Congregaciones e instituciones religiosas (desde 2008, ORDEN EHA/451/20084)
S. Órganos de la Administración del Estado y comunidades autónomas
U. Uniones Temporales de Empresas.
V. Sociedad Agraria de Transformación.
W. Establecimientos permanentes de entidades no residentes en España.
Los dos números siguientes del CIF hacen alusión a la provincia a la que pertenece la empresa, por ejemplo el 33 y el 74 corresponden a Asturias, mientras que a Madrid pertenecen los números 28, 78, 79, 80, 81, 82, 83, 84, 85, 86, 87, 88 y a Zamora el 49, etc.
Los siguientes cinco dígitos, que corresponden a los que están comprendidos entre las posiciones 4 y 8 (ambas incluidas) son el número correlativo de inscripción de la empresa u organización en el registro provincial.
Como hemos dicho el último dígito del CIF es el de control, será una letra si la clave de entidad corresponde a una P, Q, R, S o W. O también si los dos dígitos iniciales indican «No Residente»; mientras que será un número si la entidad es A, B, E o H.
Dónde y cómo solicitar el CIF
Como prácticamente todos los trámites que tienen que ver con la fiscalidad el CIF debe solicitarse en las oficinas de Hacienda cuando damos de alta nuestra empresa. Puede hacerse de forma presencial e incluso de forma telemática. Se hace a través del modelo 036. Y se debe de adjuntar la siguiente documentación para que el procedimiento sea considerado válido:
- La fotocopia del DNI o NIF del representante de la empresa. En caso de que la solicitud sea presentada por otra persona, ésta ha de acudir con un modelo de representación.
- El documento original y una fotocopia de la escritura de constitución de la empresa.
- El certificado de alta en el registro mercantil.
Sin esos documentos, no vas a poder tramitarlo, con lo que es importante tenerlos a mano antes de acudir a Hacienda.
El CIF provisional
En el caso de una empresa recién constituida que aún no puede aportar toda la documentación requerida, la Agencia Tributaria puede conceder un NIF provisional, y los interesados se comprometen a aportar la documentación faltante a la mayor brevedad posible para conseguir el número definitivo.
La Administración comprobará la veracidad de los datos, si algo no fuera correcto daría un plazo de audiencia de diez días.
Debe aparecer en todas las facturas para que estas sean válidas
El CIF o NIF es obligatorio para poder facturar y para que una factura sea considerada válida por hacienda demos hacer constar siempre este número, de hecho para que sea una factura correctamente hecha, necesitamos siempre que consten los datos fiscales de ambas partes, estos son:
- Nombre y Apellidos o en su caso la denominación social
- El Número de identificación fiscal (CIF o NIF)
- Los domicilios (tanto del emisor de la factura como del receptor)
En el caso de los autónomos su CIF para facturar coincide con su NIF personal, pero en el caso de las empresas como hemos venido viendo tienen su propio Número de Identificación Fiscal.
Una forma de investigar a las empresas
A través del CIF podemos conocer muchos datos sobre una empresa, de hecho en internet hay buscadores que suelen ser de pago en los podemos obtener información sobre las empresas que estén inscritas en el Registro Mercantil. Esto nos puede ayudar a la hora de hacer negocios pues obtendremos la información financiera, el riesgo comercial, gráficos sobre la evolución de las ventas, etc