Los trabajos de restauración y conservación del retablo de San Sebastián en la Iglesia Parroquial de Santa María de Guía podrán estar listos a finales del próximo mes de octubre, según indicó el encargado del proyecto, Fran Díaz Guerra, durante la visita realizada por el alcalde, Pedro Rodríguez, junto al cura párroco, Higinio Sánchez, y la concejala de Cultura, Sibisse Sosa.
El retablo de San Sebastián, situado a al entrada de la Iglesia, es de madera de un solo cuerpo y consta de un zócalo, un banco, predela y cuenta con una hornacina rematada en un arco de medio punto donde se cobija la imagen del santo. Antiguamente este era el altar de la Virgen de las Mercedes. En su remate aparece la imagen de la Santa Fe, procedente del antiguo púlpito.
La recuperación de esta importante obra es posible, subrayó el primer edil guiense, gracias a la ayuda solicitada por el Consistorio guiense a la Dirección General de Cooperación y Patrimonio Cultural del Gobierno de Canarias que ha costeado su restauración a través de una partida cercana a los 15.000 euros.
Según explicó Fran Díaz, a través de este proyecto no sólo se pretenden solucionar los daños producidos por los agentes naturales (humedad, insectos) y el paso del tiempo, sino que también se aspira a corregir “los daños provocados por el factor humano que ha provocado la pérdida de diversas piezas y ha desvirtuado la policromía con la que fue creado inicialmente mediante la superposición de capas de color aplicadas sobre el colorido primitivo”.
En algunos puntos del retablo donde se han producido pérdidas o lagunas de policromía, explica Díaz Guerra, se aprecia la existencia “de al menos dos capas de policromía cubriendo la original en la que dominan los tonos rojos y azules imitando mármoles y jaspes a la manera en la que se policromaban los retablos en el siglo XVIII”. El restaurador destaca también evidencias de un ataque xilofago activo así como pérdidas puntuales de soporte original en el retablo.
El proyecto de restauración y conservación del retablo de San Sebastián, que lleva a cabo junto a la restauradora Cinta Guimerans Ferradás, incluye en su proceso distintas fases. Entre ellas, señala, se encuentra la ‘consolidación’ que tiene por objeto devolver a la madera su resistencia estructural allí donde ha sido atacada por insectos xilófagos y ha perdido su estabilidad volumétrica interna.
Otras actuaciones son la ‘desinsectación’ mediante la cual se dotará a la pieza de una reserva tóxica ante un futuro ataque biológico; la ‘reintegración volumétrica’, empleando maderas con la suficiente resistencia para poder soportar la posible agresión de insectos xilófagos; la ‘fijación y asentamiento’ de la policromía y dorados y, por último, la ‘limpieza físico química’, mediante la cual se eliminarán aquellos restos de suciedad, barnices degradados y otras sustancias extrañas ajenas a la originalidad de la obra.