La crisis del coronavirus ha paralizado la clases en la mayoría de países del mundo, que han sido sustituidas ahora por sesiones online.
Sin embargo la medida no afecta a todos los estudiantes de la misma manera, algunos carecen de los medios para poder conectarse a distancia y otros, aún disponiendo de ellos, carecen de una conexión adecuada.
Este es el caso de Alexander Contreras, un joven estudiante de Comunicación, vecino del municipio de Atiquizaya, en Ahuachapán (El Salvador), donde el acceso a internet no es especialmente bueno.
Contreras se ve obligado a seguir las clases sobre las ramas de un árbol para poder captar la red wifi y acabar de cursar su tercer año de carrera en la Universidad de Autónoma de Santa Ana.
El joven nunca ha tenido Internet en su casa, pero gracias a la ayuda de su padre, que financia las recargas de su teléfono móvil, puede conectarse a través del dispositivo para no quedarse atrás con respecto a sus compañeros.
Toda una proeza que merece un reconocimiento.