La misteriosa muerte de un taxista reabre el debate sobre la existencia del ‘chupacabras’ en Latinoamérica

La aparición del cadáver de un taxista de 54 años, que presentaba heridas profundas y la ropa hecha jirones, y que, según la versión oficial, su muerte se debió al ataque de un animal “carnívoro y peligroso”, ha avivado el debate sobre la existencia del ‘chupacabras’ en Sudamérica.

La víctima fue encontrada el pasado 1 de marzo en Valle de Bravo, Estado de México. Ante el terror desatado, las autoridades se han visto obligadas a cerrar las escuelas de educación básica de la región. Si bien las investigaciones apuntan a que fue un león que presuntamente se escapó de un rancho cercano el responsable del ataque, Mauricio Osorio Domínguez, presidente municipal de Valle de Bravo, no descarta que haya sido un puma, un jaguar o incluso una manada de perros salvajes, informa ‘Infobae’.

Sin embargo, las teorias sobre la existencia de la mítica criatura del ‘chupacabras’ se han disparado en la región. La leyenda del ‘chupacabras’ apareció en México a mediados de los años 90. Según la misma se trata de un animal voraz que se alimentaba de la sangre de otros animales como caballos, gallinas, corderos, cerdos y sobretodo cabras, de ahí su nombre.

Los supuestos testigos que aseguraban haber visto a la criatura la describieron de apariencia humana, de baja estatura, ojos rojos, orejas puntiagudas, protuberancias en la espalda, colmillos y garras afiladas. La primera vez que se escuchó hablar de ella fue en la isla de Puerto Rico en 1992, cuando un hombre llamado Madeley Tolentino declaró haber sido su víctima.

Con el paso del tiempo su leyenda creció y se informó de diversos avistamientos en diferentes países de Latinoamérica donde la presa publicaba escabrosas imágenes de animales despedazados.

Se crearon incluso batidas de hombres que partían de su casa en busca del chupacabras para darle muerte. Ninguna concluyó con éxito, aunque lo cierto es que los cadaveres encontrados presentaban un particularidad común: todos presentaban dos orificios a la altura del cuello.