La vida frenética que llevamos, en muchas ocasiones, puede influir en nuestras emociones. El ritmo de vida, el estrés que genera el trabajo y el escaso tiempo libre para descansar y desconectar, así como, la falta de momentos para nosotros mismos como disfrutar del máximo relax bajo la ducha, provocan alteraciones en la salud emocional, influyendo en las conductas.
Las emociones son automáticas y consiguen hacer que reaccionemos con rapidez ante lo que ocurre. Se trata de impulsos para actuar de una manera u otra y con los que nos adaptamos al entorno. En ella influyen determinados aspectos, como las situaciones que vivimos en nuestro hogar. Esto tiene gran impacto en nuestro estado de ánimo y, por ende, en nuestra salud y en nuestras emociones.
Dependiendo del lugar en el que se ubique la casa, la distribución de los espacios, la amplitud o los colores, nos sentiremos en una zona de confianza y segura, o no, que generará emociones positivas o negativas.
El color
Uno de los aspectos que más presencia tienen en el fondo de nuestras emociones son los colores. La influencia de los colores en los estados emocionales es enorme. Pueden influir de forma directa o indirecta, se asocian a diferentes estados de ánimo dependiendo de si se trata de colores fríos o cálidos. Los fríos son el gris, el azul, el negro… Los cálidos son el rojo, el amarillo y el naranja…
¿Qué color necesitas para mejorar tu ánimo? El color verde es ideal para conseguir un ambiente tranquilizador, el naranja es el color del optimismo, el amarillo aporta una gran creatividad, el azul se asocia con la seguridad y la confianza, y el rojo con el amor, la pasión o la energía.
La luz
¿Conoces la importancia de la luz en los espacios? Al igual que con los colores, gracias a la luz se pueden generar diferentes emociones. Una casa oscura provoca sentimientos negativos, por lo que, la luz es esencial para una buena estancia.
Mantener nuestra casa en buen estado es una tarea vital para sentirnos bien. Con la luz podemos jugar a crear espacios con mayor sensación de amplitud o más confortables. Para ello, hay que tener claro que hay tres tipos de luz. Por un lado, se encuentra la iluminación general, que es la principal que entra en la casa. Por otro, la iluminación puntual, que es la que se utiliza para dar luz a zonas específicas de cada estancia. Y, por último, la iluminación decorativa, para resaltar detalles.
Además del color y la luz en el hogar, es importante contar con espacios donde poder disfrutar de uno mismo, de momentos de relax que inviten a la desconexión, por ejemplo, con una ducha de hidroterapia tras un largo día de trabajo. Las duchas Grohe son perfectas para experimentar sensaciones nuevas cada día. Estas duchas cosmopolitas y multi-sensoriales estimulan los sentidos y transforman el baño en un lugar reservado al bienestar físico, emocional y espiritual.
Además, en este espacio es necesario contar con una buena iluminación, que crea sensación de amplitud, de profundidad, de paz y de serenidad. Los espacios más iluminados parecen más pequeños y dan sensación de agobio. Es preferible optar por luz natural que por luz artificial, no solo por contribuir al ahorro energético, sino también porque da mayor calidez.