Cuando se produce un pequeño descuido o percance y el móvil cae, hay cierto riesgo de que no salga bien parado y se deba reparar para recuperar sus funcionalidades. Pero, ¿qué es más rentable? ¿repararlo o no?
Ha ocurrido: sí, tu móvil ha caído y lo que hasta ese momento era una superficie impoluta y agradable al tacto en la que poner tus dedos para realizar diferentes tareas, ahora es un cúmulo de añicos y microcristales que, además de atentar contra la estética de tu dispositivo, puede afectar también a su funcionamiento.
A veces, ni siquiera con un protector de pantalla y una carcasa vendida como extra-fuerte puede evitarse este duro golpe del destino.
Una vez has superado el momento inicial de shock y de comprobar que la pantalla de tu teléfono ya no es lo que era por un pequeño descuido o tropiezo, comienza la etapa de valoración de las distintas opciones para arreglar ese estropicio.
¿Pantalla o cristal?
Si miramos a nuestro alrededor, podemos percatarnos de la presencia de muchas personas que cuentan con un dispositivo con la pantalla, como mínimo, agrietada en algún punto.
Antes de nada, es importante aclarar las diferencias entre las roturas de pantalla y de cristal: si bien un golpe en el cristal facilita aún las acciones en el terminal sin problemas, un daño en la pantalla puede ser un verdadero impedimento para estas acciones, además de que es la pieza más cara del dispositivo.
Los técnicos de iFixRapid, especializados en reparación de pantalla de iPhone y otros productos Apple, sostienen que la pantalla de los móviles es uno de sus puntos clave, ya que sobre ellas se dan las órdenes de acción al dispositivo y cubren una serie de elementos importantes, como su sistema, las cámaras o los altavoces.
Aunque no suponga un mayor daño para la vista, ya que seguiría emitiendo la misma luz azul que aporta una nueva, sí advierten de algunos riesgos de mantener un móvil con la pantalla rota, como sufrir algún corte en los dedos cuando la parte afectada raspa o que se desprendan esos microcristales en el lugar donde lo transportemos (el bolsillo, una mochila, un bolso, etc).
No solo sería dañino para su usuario, sino para el propio móvil, ya que, además de poder empeorar aún más su estado si se vuelve a caer, se puede ver desprotegido ante la acción del polvo, la humedad o el sudor de las manos, ante lo cual la pantalla en perfecto estado suele actuar como barrera.
Entonces, ¿es conveniente cambiar la pantalla?
Aunque en muchas ocasiones este incidente sirva de excusa perfecta para un cambio de terminal, lo cierto es que en la mayoría de los casos es muy rentable acudir a un servicio de reparación como iFixRapid para solventar este problema.
Cuando ya no se dispone de la garantía técnica del fabricante o de un seguro que cubra sus daños, dejarlo en manos de profesionales con tarifas tan asequibles como ellos puede ser una solución realmente positiva y, sobre todo, rentable.
Si el teléfono es relativamente nuevo y de gama media-alta, reemplazarlo puede ser más traumático para tu bolsillo, por lo que debes plantearte seriamente optar por ello.
El servicio técnico de las propias marcas tienen el inconveniente de que cuentan con sus propios plazos para atender las peticiones, ante la alta demanda, además de que se estima que es hasta un 50% más caro que en centros de reparación como iFixRapid, donde sus profesionales están perfectamente capacitados y experimentados para solucionar cualquier problema de estos terminales.