Una mujer británica entró en pánico cuando echó en falta un valioso anillo que su pareja le regaló al cumplir los 50 años.
Vicki Cockain, de 55 años, extravió una joya valorada en 4.000 libras esterlinas, casi 5.000 euros, que guardaba sobre la mesilla de noche de su dormitorio.
Tras poner la casa patas arriba y no encontrar la preciada alianza, Cockain alquiló un detector de metales para realizar una búsqueda más minuciosa.
Fue al pasar la máquina junto a su mascota cuando el dispositivo sonó. La mujer supo entonces que su perro, un jack russell de nombre Bertie, se había tragado el anillo. A partir de ahí decidió llevarle al veterinario donde una radiografía reveló la presencia de la joya en el interior del can.
“Nos echamos a reír cuando sonó la alarma, estábamos atónitos”, afirmó la mujer en declaraciones a ‘The Sun’. “Sabíamos que el jack russell tragaría cualquier cosa: palos, bolas de piedras, pero nunca esperábamos mi anillo”, continuó.
Bertie tuvo que ser intervenida para extraer el anillo de sus intestinos.