Buena parte del interrogatorio del fiscal Miguel Ángel Carballo en el juicio contra la cúpula de los Mossos d’Esquadra se ha centrado en conocer el papel del expresidente de la Asamblea Nacional Catalana (ANC) Jordi Sànchez en la gestión de lo sucedido el 20 de septiembre ante la consejería de Economía.
Preguntado por si el EXlíder de ANC impuso la ausencia de efectivos de orden público en la concentración, el exmayor de los Mossos Josep Lluis Trapero admitió que tuvo alguna conversación con él que “terminó mal”, pero insistió en que “el señor Sànchez no es quien para decir a la policía como tiene que trabajar”.
Trapero insistió en que la interlocución con Sànchez sólo tenía por objetivo gestionar de la mejor manera posible la situación pero nunca supeditar la actuación de los mossos a sus dictados.
En ese sentido, el exresponsable del cuerpo autonómicos que está siendo juzgado en la Audiencia Nacional por un delito de rebelión, admitió que Sànchez le reprochó que estableciera un cordón para la salida de la secretaria judicial y el material incautado. «Hay una conversación con Jordi Sànchez que acaba mal. Él me llamó airado y yo le contesté que a mí no me iba a decir cómo montar el dispositivo», aseveró el acusado.
«El señor Sànchez puede hacer y pensar lo que quiera. Pero no es quién, ni él ni nadie, para decir cómo tiene que trabajar la policía», insistió Trapero, quien en todo momento sostuvo que los Mossos “estábamos para ayudar a la Guardia Civil”.
El fiscal le recordó que la comitiva judicial estuvo retenida durante horas en el interior de la consejería que debía registrar y que ni siquiera pudieron salir a comer, tal y como denunció la secretaria judicial. «Nadie nos dijo que quería comer. Me parece muy triste», declaró Trapero.
En relación a los vehículos de la Guardia Civil que fueron vandalizados mientras estaban aparcados y contenían armas, Trapero aseguró que los vigilaban “desde el helicóptero” y «cuando se vio una intrusión en los vehículos fue cuando se intervino».
Ante las reiteradas preguntas del fiscal, Trapero aseguró que recuperaron las armas que había en el coche de la Guardia Civil de madrugada, pero que su búsqueda se activó a partir del momento en que, desde el helicóptero, «se vio que alguien metía la mano en el vehículo».
Sobre la llamada del juez del juzgado de incidencias para ordenarle que sacara a la comisión judicial, Trapero dijo que en el momento de recibirla no tenía conocimiento de que la labor de la comisión había terminado. “Nosotros pensábamos que había algún problema informático” y cuando el juez nos ordenó que sacaran a la secretaria judicial “le dije que necesitábamos un tiempo para volver a montar el cordón policial”.
En ese punto el fiscal preguntó si los manifestantes tenían un actitud “pacífica” a lo que Trapero respondió que más bien era una “actitud reivindicativa”. Insistió también en que nunca se planteó que saliera la comitiva judicial sin la documentación incautada. “Eso jamás se dio, esa pauta ni se planteó al Cecor (Centro de Coordinación de los Mossos) ni mucho menos se dio una pauta en ese sentido”.
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