Bigben Interactive nos trae hasta consolas Farmer’s Dynasty. Un nuevo acercamiento al mundo rural a través de una granja que nos legan y donde deberemos tomar el papel de un nuevo granjero multidisciplinar y con un toque social bastante interesante. Un juego de bajo presupuesto que quiere seguir la fórmula de otros juegos del sector y que quizás, por ese bajo presupuesto, no llega al nivel, aunque eso sí, es una buena apuesta.
En realidad Farmer’s Dynasty no es un mal juego, pero quizás su enfoque no ha sido demasiado acertado. Aparecemos en medio de una granja bastante descuidada que pertenecía a nuestro abuelo recién fallecido. Esto nos lo cuenta un npc llamado Oliver y que nos hará de guía de la granja en los primeros minutos enseñándonos qué es cada cosa. El granero, el garaje de las máquinas y aperos, el silo, el corral y el establo y finalmente el invernadero.
Sin mucha más indicación la primera misión consistirá en renovar la granja entera. Para ello tendremos una herramienta con la que arreglar tablones rotos, muros derruidos y tejados maltrechos y una visión de ingeniero que nos chivará qué partes de cada edificio deberemos ir arreglando. El sistema es algo farragoso, no por complicado si no por pesado. Tendremos que arreglar cada pared, techo, canalón, puerta, etcétera, de cada edificio pulsando de 1 a 4 veces el mismo botón en la misma pared.
Esto significa arreglar todos los edificios y pasarnos una buena media hora solo pulsando un botón y mirando cuál es la siguiente parte a arreglar. Nos ayuda una herramienta de andamio que colocaremos para subirnos al techo. Posteriormente iremos a visitar a Oliver como otra misión y nos pedirá… arreglarle de nuevo algunos edificios a cambio de un viejo tractor y algún apero de labranza. Y así serán las primeras misiones en las que conseguiremos las primeras máquinas, viejas, eso sí, a cambio de labrar el campo, recoger cosecha ajena y restaurar granjas que no son nuestras.
Más adelante nos harán ir a la iglesia y conocer gente nueva que nos ofertará tareas y que incluso, más adelante y con más confianza, nos permitirá formar una familia en nuestra granja renovada. Quitando la parte tediosa de la renovación de edificios, en donde algunos se resisten porque hay partes escondidillas que nos ha costado encontrar para que nos dieran por finalizada la misión, tendremos una mesurada cantidad de máquinas y remolques con los que arar y airear los terrenos, sembrar trigo y maíz, recolectarlo y poder llevarlo al silo el cual solo admite un tipo de semilla, o venderlo.
En el invernadero criaremos distintos tipos de semillas y deberemos regarlo mediante su sistema cada día y comprobar que van creciendo adecuadamente los tomates o lo que queramos plantar. Los animales nos aportarán leche o huevos, depende de si tenemos vacas o gallinas o ambas que nos facilitarán la tarea diaria de comer. Y es que ese es otro de los puntos del juego. Han querido rascar un poquito en la superficie y han implementado un modo de superviviencia en el que tendremos cansancio y hambre, con lo cual tendremos que ir a dormir a una hora adecuada y comer de vez en cuando. Ya cuando tengamos los animales, recoger lo que nos den y comer será sencillo y tendremos incluso que vender producto. Al principio la comida la deberemos conseguir en tiendas distribuidas por el amplio mapa.
En estas tiendas, tanto de comida, de semillas como incluso de vehículos, podremos gastar el dinero que vamos ganando al vender trigo, maíz o productos animales pero también a medida que vamos socializando vamos a ir ganando unos puntos sociales que nos permitirán ahorrarnos dinero y aportar estos puntos para comprar diversas cosas que necesitemos. Estos puntos sociales se ganan haciendo misiones para los distintos vecinos pero se pierden si los perjudicamos estropeándoles el sembrado, por ejemplo.
Gráficamente no podemos comentar demasiado porque es un juego hecho con presupuesto muy comedido y no entra en demasiadas excelencias, quizás destacar los diseños de las máquinas y cómo están realizados sus modelados. Disponemos de un amplio mapa de mundo abierto que nos da mucha libertad aunque si que es cierto que determinadas estructuras se repiten y lo hemos visto algo vacío. Sin embargo su viaje rápido para no perder tiempo en carretera es una ventaja. A nivel sonoro el juego cumple igualmente sin destacar ni en voces ni en melodías. Eso sí, agradecemos la tanto las voces en español como la traducción, que aún no siendo perfecta, nos permite entender todo lo que nos van diciendo los personajes.
Quizás Farmer’s Dynasty peca en exceso de irse por otros terrenos que no están muy bien conseguidos, pero a la hora de las tareas propias del granjero como son la de arar, sembrar y pasear con nuestro tractor por nuestro propio campo, si que mejora y es ahí donde se nos pasan las horas recolectando o sembrando. Un poco de sistema social y algo de responsabilidad de dormir bien y comer dan más profundidad al juego. Bigben nos trae otra aportación al género de simulación de granja que para pasar unas buenas horas, es ideal.