La madrugada de este domingo finaliza el horario de verano que comenzó el pasado mes de marzo, lo que supone que a las 3.00 horas se deben retrasar una hora los relojes para que vuelvan a marcar las 2.00 horas.
De esta manera España cumple la directiva europea 2000/84/CE que afecta, sin excepción, a todos los estados miembros de la Unión Europea.
Las primeras disposiciones sobre el horario de verano se adoptaron en Europa en 1980 y desde el año 2000, con la mencionada directiva, quedaron establecidas las reglas que marcan su inicio en marzo y su finalización en octubre.
Dado el debate que la aplicación del cambio de hora suscita entre amplios colectivos sociales, la Comisión Europea realizó en 2018 una consulta pública en la que más del 80% de los 4,6 millones de ciudadanos que participaron, se mostraron a favor de acabar con los cambios de hora. Con este resultado, la Comisión propuso acabar con esta práctica y que en marzo de 2019 se produjese el último cambio de hora.
Sin embargo, la falta de consenso entre los estados y las evaluaciones de impacto ha hecho que Europa retrase hasta 2021 la posible anulación del cambio horario, dando además la posibilidad a los distintos países de optar por permanecer en el horario de invierno o en el de verano.
El plazo para tomar esa decisión acaba en abril de 2020 y, si se opta por adoptar de forma permanente el horario de verano, el último cambio de hora tendrá lugar en marzo de 2021. Por el contrario, en los países que decidan permanecer en el horario de invierno, el reloj se cambiará por última vez en octubre de 2021.
España aún no se ha decidido adoptar uno u otro huso horario. La información de la que partirá la Administración Española para tomar esta decisión estará apoyada, entre otros, tanto por la encuesta que el Centro de Investigaciones Superiores (CIS) realizó en noviembre del año pasado -en la que el 65% de los encuestados se manifestó a favor de permanecer en el horario de verano-, como en un informe solicitado al Comité de Expertos creado en 2018 por el Gobierno para debatir este tema.
Conservar las rutinas a la hora de dormir, yendo a la cama y levantándose a la hora acostumbrada, y mantener una vida activa intentando no pasar demasiadas horas sentado puede contribuir a que el cambio de hora que se producirá el próximo domingo afecte menos.
Son algunas de las recomendaciones que lanzan expertos de Tempur Sealy Internacional, ya que indican que a pesar de que solamente hay que atrasar los relojes una hora (a las 3.00 de la madrugada del 27 de octubre serán las 2.00), los estudios señalan que el organismo puede tardar varios días en adaptarse al nuevo horario. Además, la disminución de horas de luz y el descenso de las temperaturas propio del otoño influyen en los ritmos biológicos.
La firma de colchones también recomienda que la temperatura de la estancia en la que se duerme ronde los 18 grados, dormir de lado o boca arriba, realizar ejercicio y evitar el uso de móviles y tablets antes de irse a la cama, puesto que afirma que la luz azul emitida por estos dispositivos repercute negativamente en la calidad del sueño.
“Para lograr conciliar el sueño cuanto antes y que el cuerpo alcance un descanso completo es necesario desconectar por lo menos una hora antes de ir a la cama. Nuestro cuerpo y nuestro cerebro necesitan reposar y el sistema nervioso ha de recuperarse de las presiones diarias», indican los expertos de Tempur que también recomiendan dormir en un colchón con la firmeza y el tamaño adecuados.
(SERVIMEDIA)