Aunque muchos pensaban que los videojuegos acabarían con los tradicionales juegos de mesa, eso no ha ocurrido. Nada más lejos de la realidad. Los juegos de mesa resisten a las pantallas y siguen siendo una de las opciones preferidas por muchas personas para disfrutar de sus ratos de ocio en familia o con amigos. Es más, hay quien piensa que los juegos de mesa viven una especie de edad dorada, especialmente los juegos de autor que han logrado hacerse un hueco gracias a la aparición de plataformas de micromecenazgo que facilitan la financiación a los creadores.
Tras unos años difíciles, que coincidieron con la crisis económica, a partir de 2016 el sector empezó un repunte que aún continua, especialmente por el tirón de los juegos más clásicos. Los juegos de mesa no pasan de moda porque tienen una capacidad inagotable para reunir a las personas. A día de hoy, sigue siendo un instrumento casi imbatible para convocar a los amigos a una casa o a un bar y pasar un rato de risas y diversión. A la capacidad de convocatoria se une la eficacia demostrada como liberador de tensiones: pocas cosas relajan más que un rato en torno a un tablero de juegos.
Algunos de los más populares se venden por millones (pensemos en clásicos como el Trivial, el Risk, el Cluedo, Catán, Monopoly o el Pictionary: ¿cuántos existirán en el mundo?), y otros tienen aspiraciones más modestas, son más complejos o, simplemente, están hechos solo para los paladares más exigentes en cuestión de juegos de mesa.
¿Cuáles son los factores que han permitido que la industria de los juegos de mesa resista increíblemente bien a pesar de los videojuegos, las redes sociales y otras nuevas formas de entretenimiento? Quizá la clave ha sido entender que se trata de una fórmula de éxito complementaria, y que ya es imposible competir con el videojuego, que ya es la principal industria del entretenimiento del mundo. Aquí van algunas de las razones que observan los expertos.
La importancia de la comunidad
Algunos expertos del sector han señalado que en la demanda creciente de juegos tiene un papel fundamental el concepto de comunidad. Se estima que en sólo en España hay unas 2.000 reuniones, que van desde multitudinarias ferias internacionales con miles o decenas de miles de asistentes, como Game On (este año se celebra en el Wanda Metropolitano de Madrid del 15 al 17 de noviembre), a pequeños eventos o torneos con sólo unas decenas de participantes.
Todas tienen un nexo de unión: hay un sentimiento de participar en una experiencia común, y la sensación de estar vinculados por una afición. Este sentimiento comunitario supone que hay un consumidor recurrente, que va a comprar un nuevo juego cuando termina uno.
Siempre es buen momento para jugar
Dicho en términos económicos: la de los juegos de mesa es una industria no estacional, que no depende de ningún momento del año, aunque obviamente la Navidad siempre puede suponer un aumento de ventas, por el mero hecho de que es la época del año en la que todos damos y recibimos regalos.
Se juega en verano, porque las vacaciones nos dan el tiempo libre que necesitamos para el ocio, pero también en invierno, porque los juegos de mesa son la alternativa perfecta para las tardes y noches de frío y lluvia. Ya sea en un bar o en el salón de casa, ¡pocas cosas mejores que pasar el rato tirando los dados!
Cada vez es más fácil crear juegos novedosos
La facilidad para financiar juegos creativos y de autor es mayor que nunca. La razón es que ya no hace falta explicar el proyecto a una gran compañía, y que esta vez unas buenas posibilidades de venta. Hoy en día se financian muchos juegos gracias al micromecenazgo, plataformas que permiten aportaciones en un rango económico variable. El creador ofrece a cambio recompensas, mayores cuanto mayor es la aportación del mecenas.
Pues bien, si el juego es bueno y convence a los financiadores, el creador podrá cumplir su sueño. Así han surgido juegos de mesa muy exitosos en los últimos años, y se ha provocado una «democratización» de los juegos de mesa. Salen adelante los juegos a los que la gente quiere jugar. Y algunos lo logran recaudando cifras increíbles, porque han sido capaces de demostrar a los mecenas que la idea detrás del juego es genial.
Juegos para todos los gustos
Sin duda, el mundo de los juegos de mesa ofrece un abanico casi inagotable de opciones. Hay juegos de masas, que todos conocen y que son accesibles para públicos muy amplios, pero también los hay para los más devotos de los juegos de mesa, juegos especializados y complejos, que requieren de horas de juegos, y que los fans veneran como objetos de culto. Vivimos un momento de extraordinario auge de los llamados «juegos de autor».
Esto demuestra que los juegos de mesa pueden ser un fenómeno de masas o de culto, y ese es gran parte de su encanto.