El apagón que paralizó a España este lunes también alteró el curso del Mutua Madrid Open 2025
España vivió ayer, lunes 28 de abril, una de esas jornadas que quedarán marcadas en la memoria colectiva. Un apagón masivo dejó sin electricidad a casi toda la Península Ibérica, afectando la vida diaria de millones de personas y, también, al mundo del deporte. El Mutua Madrid Open, uno de los torneos de tenis más prestigiosos del circuito, tuvo que suspender su jornada en la Caja Mágica, dejando a los aficionados sin la emoción que esperaban.
Solo tres partidos lograron llegar a su fin antes de que el juez de silla decretara la suspensión total. Mirra Andreeva, Coco Gauff y Matteo Arnaldi consiguieron avanzar de ronda, mientras que el duelo entre Grigor Dimitrov y Jacob Fearnley quedó inconcluso en pleno segundo set. Ante la imposibilidad de garantizar seguridad y visibilidad, la organización decidió desalojar el recinto, sumando aún más desconcierto a una jornada ya de por sí caótica.
El caos eléctrico afecta al calendario del torneo
La suspensión de los encuentros provocó un auténtico desbarajuste en el calendario del Mutua Madrid Open. Partidos que generaban gran expectativa, como los de Aryna Sabalenka, Iga Swiatek, Stefanos Tsitsipas y Jack Draper, fueron reprogramados para el martes, lo que implica una maratón de partidos y una evidente reducción en los tiempos de descanso para los jugadores. La falta de energía dejó sin margen de maniobra a la organización, que ahora enfrenta un auténtico rompecabezas logístico.
Más allá del aspecto competitivo, el apagón dejó postales de desconcierto y resignación. Jugadores, entrenadores y aficionados abandonaron la Caja Mágica en medio de pasillos y canchas a oscuras. La gravedad de lo ocurrido puso en evidencia la fragilidad de cualquier gran evento ante situaciones tan imprevistas como un corte masivo de suministro eléctrico.
Apagón Una crisis nacional con impacto en el transporte y las comunicaciones
El corte de energía no solo sacudió al deporte. El transporte y las comunicaciones de todo el país se vieron gravemente afectados. El Metro de Madrid y las líneas de Cercanías interrumpieron por completo sus servicios, complicando el desplazamiento de miles de ciudadanos. Además, la falta de semáforos provocó cortes y congestión en los accesos principales a la capital, sumando más caos a una jornada para el olvido.
Con el paso de las horas, Red Eléctrica de España logró restablecer parcialmente el suministro, pero la normalidad tardó en llegar. Estaciones como Atocha y Chamartín permanecieron abiertas para acoger a los pasajeros atrapados, mientras que las autoridades desplegaron a más de 30.000 efectivos de seguridad para tratar de controlar la situación. Aún entrada la noche, varios trenes seguían detenidos y distintas zonas de España continuaban operando bajo restricciones eléctricas.