El reciente fallecimiento del papa Francisco ha desatado un terremoto institucional. Mientras líderes mundiales ya confirmaron su asistencia al funeral del pontífice, la interrogante sobre la presencia de la reina Letizia genera incomodidad en sectores de la Iglesia española que perciben su posible ausencia como un gesto descortés y de distanciamiento simbólico.
El funeral del papa Francisco es más que un adiós al líder espiritual de millones, ahora, parece estarse convirtiendo en una grieta entre la monarquía española y la Iglesia. La posible ausencia de la reina Letizia, aunque adaptada al protocolo, evidencia un cambio en la estructura de la Corona.
1Letizia y la relación ambivalente con los actos religiosos la apartan del funeral de papa Francisco
Históricamente, la reina Letizia ha mantenido una relación ambigua con los actos religiosos. Desde su llegada a la Casa Real en 2014, evita la presencia en eventos eclesiales, delegando en Felipe VI o la reina Sofía estos compromisos. Sin embargo, esta vez y por la magnitud de la situación, la presión aumenta: el funeral del papa Francisco no es un acto protocolario más, es un momento histórico que reunirá a jefes de Estado y líderes espirituales de todo el mundo.
Según fuentes cercanas a la Conferencia Episcopal consultadas por EN Blau, la Iglesia española todavía espera que Letizia acompañe al rey como muestra de «unidad y respeto» hacia el pontífice, quien desde su rol de papa mantuvo una relación cercana con España. Sin embargo, su presencia aún está en duda, considerando que la reina ni siquiera firmó el libro de condolencias oficial, aunque esta acción se ajusta al protocolo, la iglesia y los fieles lo han interpretado como un gesto frío.