Llevar el móvil encima se ha vuelto tan habitual como llevar las llaves de casa. Lo consultamos constantemente: mensajes, redes, mapas, llamadas, hasta el punto de que muchos no pueden pasar ni un trayecto en coche sin echarle un vistazo. Sin embargo, lo que parece una acción cotidiana puede transformarse en un acto potencialmente mortal. La Dirección General de Tráfico (DGT), una vez más, ha alzado la voz y no es para menos.
Según el último informe de la DGT, el uso del móvil al volante se ha convertido en una de las causas más graves de siniestralidad en carretera. Una práctica que, aunque común, no deja de ser un error mayúsculo cuyas consecuencias pueden marcar la diferencia entre la vida y la muerte.
1Una distracción de segundos, un impacto irreversible
Cuando se habla de riesgos al volante, solemos pensar en el alcohol, el exceso de velocidad o incluso el cansancio. Pero hay una amenaza que se cuela de forma silenciosa: el móvil. La DGT insiste en que basta con mirar unos segundos la pantalla para poner en jaque no solo tu vida, sino también la de los demás.
¿La razón? En ese breve instante en el que desviamos la mirada de la carretera, el vehículo sigue avanzando sin control consciente. A una velocidad de 100 km/h, marcar un número o responder un mensaje puede implicar recorrer 140 metros a ciegas. Es decir, más que la longitud de un campo de fútbol. A eso hay que sumarle los 155 metros que se requieren para frenar en seco si surge un imprevisto. Y aquí es donde la ecuación se vuelve mortal.
La DGT no se limita a advertir con cifras. Lo hace con campañas directas, como su último mensaje en redes: “Si marcáramos un número en el móvil mientras conducimos a 100Km/h recorreríamos 140 metros antes de levantar la vista y pisar el freno, frenando completamente en unos 155 metros. Sin distracciones, la distancia total necesaria para frenar es de unos 28 metros”. Una cifra lo resume todo: el 30 % de los accidentes en carreteras interurbanas están relacionados con distracciones al volante. Y sí, el móvil suele estar en el epicentro.