Especial 20 Aniversario

San Juan Bautista de La Salle, santoral del 7 de abril de 2025

La Iglesia Católica celebra el 7 de abril la memoria de San Juan Bautista de La Salle, un sacerdote francés del siglo XVII cuya visión innovadora y su dedicación incansable a la educación de los niños pobres lo convirtieron en un pionero de la pedagogía moderna y en el fundador del Instituto de los Hermanos de las Escuelas Cristianas (Hermanos de La Salle). Su obra, que revolucionó el sistema educativo de su tiempo y trascendió las fronteras de Francia, lo consagró como un referente indiscutible en el ámbito de la educación, ganándole el título de Santo Patrono de los Educadores, un reconocimiento a su profunda influencia y a su compromiso con la formación integral de la persona. Este santo, que renunció a una vida de privilegios para dedicarse a los más necesitados, es un ejemplo de caridad, de humildad y de entrega total a la causa de la educación.

La importancia de San Juan Bautista de La Salle para la Iglesia y para la sociedad no reside únicamente en la fundación de una congregación religiosa dedicada a la enseñanza, sino también en su concepción revolucionaria de la educación, que puso el acento en la gratuidad, la accesibilidad, la formación integral del alumno y la profesionalización del docente. Su método pedagógico, basado en la atención individualizada, la participación activa del estudiante y el uso de la lengua vernácula en lugar del latín, rompió con los esquemas tradicionales y sentó las bases de la escuela moderna. Su legado, que se extiende por todo el mundo, es un testimonio de la fuerza transformadora de la educación.

Una Vocación Nacida en la Cuna y Forjada en la Oración

El Llamado Divino Y La Entrega A Una Vida De Servicio
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Juan Bautista de La Salle nació en Reims, Francia, el 30 de abril de 1651, en el seno de una familia noble y profundamente religiosa. Su padre, Louis de La Salle, era consejero del rey Luis XIV, y su madre, Nicolle de Moët de Brouillet, pertenecía a una familia de juristas. Desde su infancia, Juan Bautista recibió una esmerada educación, que incluía el estudio del latín, el griego y las humanidades. Esta formación privilegiada le abriría las puertas a una brillante carrera eclesiástica.

A los once años, recibió la tonsura clerical, un rito que lo consagraba al servicio de la Iglesia y que marcaba el inicio de su camino hacia el sacerdocio. A los quince años, fue nombrado canónigo de la catedral de Reims, un cargo honorífico que le proporcionaba una renta y que le permitía continuar sus estudios. Su vocación sacerdotal, sin embargo, no era una mera tradición familiar, sino una llamada profunda y personal que se fue fortaleciendo con el tiempo.

Su formación teológica, que culminó con su ordenación sacerdotal en 1678, estuvo marcada por la espiritualidad de la Escuela Francesa, una corriente de pensamiento que ponía el acento en la contemplación, la oración y la unión con Dios. Esta espiritualidad, que influyó poderosamente en su vida y en su obra, lo llevó a buscar una relación íntima con Dios y a entregarse por completo a su voluntad. Su vida de oración sería el motor de su acción apostólica y la fuente de su incansable dedicación a los demás.

El Encuentro con los Pobres y el Nacimiento de una Misión

El encuentro de San Juan Bautista de La Salle con la realidad de la pobreza y la ignorancia de los niños de su tiempo, fue el detonante de su vocación educativa y el punto de partida de su obra. A través de su labor como canónigo y de su contacto con Adrián Nyel, un maestro que había llegado a Reims con el proyecto de abrir escuelas gratuitas para niños pobres, Juan Bautista descubrió la urgente necesidad de proporcionar a estos niños una educación cristiana y una formación integral que les permitiera salir de la miseria y desarrollar sus potencialidades.

Inicialmente, su colaboración con Nyel se limitó a ofrecerle apoyo y consejo, pero poco a poco, Juan Bautista se fue involucrando más activamente en el proyecto, hasta que, en 1679, alquiló una casa para establecer la primera escuela gratuita para niños pobres. Este gesto, que marcó el inicio de su compromiso con la educación popular, sería el germen de una obra que se extendería por toda Francia y, más tarde, por todo el mundo. Su decisión de dedicarse a la educación de los niños pobres no fue fácil.

La oposición de su familia, que esperaba para él una carrera eclesiástica brillante y prestigiosa, y las dificultades económicas y logísticas que enfrentó para mantener las escuelas, pusieron a prueba su determinación y su fe. Sin embargo, Juan Bautista, convencido de que esta era la voluntad de Dios, perseveró en su empeño, renunciando a su canonicato, a su herencia familiar y a una vida de comodidades para entregarse por completo a la educación de los niños pobres. Su renuncia a los privilegios fue un testimonio de su radicalidad evangélica.

La Fundación de los Hermanos de las Escuelas Cristianas: Un Nuevo Modelo Educativo

La Austeridad Y La Humildad Como Sellos De Un Obispo Santo
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La obra de San Juan Bautista de La Salle no se limitó a la apertura de escuelas gratuitas, sino que se extendió a la formación de maestros competentes y comprometidos con la misión educativa. Consciente de que la calidad de la educación dependía en gran medida de la calidad de los educadores, Juan Bautista reunió a un grupo de hombres jóvenes, a quienes formó en la pedagogía, la espiritualidad y la vida comunitaria, dando origen al Instituto de los Hermanos de las Escuelas Cristianas.

Esta nueva congregación religiosa, aprobada por el Papa Benedicto XIII en 1725, se caracterizó por su dedicación exclusiva a la enseñanza, su voto de pobreza, su vida en comunidad y su compromiso con la educación de los niños pobres. Los Hermanos de La Salle, como se les conoce popularmente, se convirtieron en los pioneros de la educación popular en Francia y en otros países, llevando el mensaje del Evangelio y la luz del saber a miles de niños que, de otro modo, habrían quedado marginados de la sociedad.

El método pedagógico de San Juan Bautista de La Salle, recogido en su obra «Guía de las Escuelas Cristianas», supuso una verdadera revolución en el ámbito educativo. Entre sus innovaciones, destacan el uso de la lengua vernácula en lugar del latín, la enseñanza simultánea en lugar de la individual, la organización de los alumnos por niveles de aprendizaje, la atención a la formación integral del alumno (intelectual, moral y espiritual) y la profesionalización del docente. Su método, basado en la experiencia y en la observación de la realidad, sentó las bases de la escuela moderna.

Un Legado Universal: La Educación Lasaliana en el Mundo

El Legado Espiritual De Un Reformador Incansable
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La muerte de San Juan Bautista de La Salle, ocurrida en Rouen, Francia, el 7 de abril de 1719, no significó el fin de su obra, sino el comienzo de su expansión por todo el mundo. Los Hermanos de las Escuelas Cristianas, fieles al carisma de su fundador, continuaron su labor educativa, llevando el mensaje del Evangelio y la luz del saber a los cinco continentes. Su presencia se extendió a escuelas, colegios, universidades y centros de formación profesional.

Su canonización, que tuvo lugar en 1900, y su proclamación como Santo Patrono de los Educadores en 1950, por el Papa Pío XII, son un reconocimiento a su extraordinaria contribución a la educación y a su compromiso con la formación integral de la persona. Su festividad, celebrada el 7 de abril, es una ocasión para recordar su vida y su obra, y para renovar nuestro compromiso con la educación como un derecho fundamental de todos los niños y como un instrumento de transformación social.

El legado de San Juan Bautista de La Salle, que perdura hasta nuestros días, es un testimonio de la fuerza transformadora de la educación y de la importancia de ponerla al servicio de los más necesitados. Su figura, que emerge con fuerza de la historia, nos invita a seguir su ejemplo de entrega a Dios, de amor al prójimo y de compromiso con la construcción de un mundo más justo y más humano. San Juan Bautista de La Salle, con su vida y su obra, nos muestra el camino hacia una educación que libera, que dignifica y que abre horizontes de esperanza.