La salud de Juan Carlos I ha entrado en una fase crítica, según asegura el medio EnBlau. Tal y como informan sus fuentes cercanas, el rey emérito ha recibido un diagnóstico médico sin esperanza de recuperación, preocupando a todos en la Casa Real. A sus 87 años, el padre de Felipe VI se enfrentaría a un deterioro irreversible que lo acerca a una nueva realidad: la dependencia absoluta.
La Casa Real mantiene el silencio sobre el reservado estado de salud de Juan Carlos I, sin embargo, como informa el medio citado, su reciente ausencia en las regatas de Sanxenxo, evento al que nunca antes había faltado, encendió las alarmas. Han notificado fuentes cercanas que su avión partió de Abu Dabi a Ginebra, pero no para visitar a la infanta Cristina o a su compañera Marta Gayá, lo ha hecho para consultar a sus médicos de confianza.
1Juan Carlos I lleva una década de lucha contra la inmovilidad
Los problemas de movilidad de Juan Carlos I no son un diagnóstico reciente. Han pasado diez años, aproximadamente, desde que el emérito lucha una batalla silenciosa contra complicaciones en rodillas y cadera, siendo sometido a más de una decena de cirugías sin éxito, informa EnBlau. Durante los últimos años, han experimentado con tratamientos innovadores, como la medicina regenerativa, pero esto no detuvo el avance de su artrosis. Los últimos exámenes, según asegura el medio informativo, confirmarían que su pierna izquierda estaría totalmente inmóvil, y la derecha sigue el mismo camino.
“Su única solución es la silla de ruedas. Le aseguran que se quedará en ella hasta el fin de sus días”, revelan fuentes cercanas al medio citado. Para Juan Carlos I, quien está acostumbrado a la actividad física —desde regatas hasta esquí—, esta dependencia sugiere ser devastadora. Aparentemente, el rey emérito ha rechazado públicamente este desenlace, asociado a lo que él considera una «derrota».
Pero te contamos lo más fuerte a continuación.