Especial 20 Aniversario

La línea verde de la DGT: ¿Una solución eficaz o un nuevo problema para el conductor?

-

En los últimos años, la Dirección General de Tráfico (DGT) ha explorado fórmulas innovadoras para mejorar la seguridad vial. Entre campañas impactantes y controles más estrictos, ha surgido un experimento peculiar: la Línea Verde. Esta franja de color, que acompaña el borde de ciertas carreteras españolas, no es un simple adorno. Es un recurso psicológico diseñado para engañar a nuestra percepción y, en teoría, reducir la velocidad de los vehículos sin que los conductores sean plenamente conscientes de ello.

El concepto, importado de países nórdicos, plantea preguntas fascinantes sobre cómo interactuamos con el entorno vial. ¿Puede un cambio aparentemente mínimo en el paisaje de la carretera influir en nuestro comportamiento al volante? ¿O se trata de otro intento bienintencionado pero ineficaz por parte de la DGT? En este artículo profundizaremos en los detalles de una medida que podría extenderse por toda España.

1
DGT: El origen militar de una idea civil

DGT: El origen militar de una idea civil
Fuente: Agencias

Los antecedentes de la Línea Verde se remontan a técnicas desarrolladas en contextos muy distintos a las carreteras españolas. Durante la Guerra Fría, varias fuerzas aéreas experimentaron con patrones visuales en pistas de aterrizaje para ayudar a los pilotos a calcular mejor las distancias y velocidades. Estos estudios, inicialmente clasificados, demostraron que el cerebro humano reacciona de forma predecible ante ciertas configuraciones geométricas.

La DGT descubrió estas investigaciones a través de colaboraciones con expertos en seguridad vial de Suecia, donde se habían implementado soluciones similares con éxito moderado. El principio es relativamente simple: al añadir elementos visuales que sugieren un estrechamiento del camino, los conductores tienden a reducir la velocidad de forma instintiva, sin necesidad de señales explícitas o amenazas de multas.

Atrás