La situación del Santiago Bernabéu con los conciertos sigue sin tener una solución en el horizonte, ni en corto ni en largo plazo. Es un panorama que puede ser difícil de digerir para el Real Madrid, pero que puede abrir la puerta a los encargados de gestionar otros grandes espacios para eventos dentro de la capital. Es que además del otro gran estadio de fútbol capitalino, el Estadio Riyadh Air Metropolitano, no son demasiados los espacios que pueden recibir eventos de más de 16.000 personas, el espacio máximo del Movistar Arena en la capital y sus alrededores.
En principio, este mismo verano varios de estos espacios recibirán grandes eventos. Uno de ellos, a pesar de sus problemas y de algunas quejas de los vecinos de Usera, es la Caja Mágica, que recibirá al menos tres grandes eventos durante la temporada estival: el festival Tomavistas, dedicado como siempre a la música indie, y el Río Babel, que aunque aún no anuncia recinto en su cartel ya pone la dirección del espacio en su web. A estos se suma la segunda edición del Kalorama Madrid.
Este último caso es llamativo porque deja sin ningún evento multitudinario a uno de los recintos más controversiales de la capital, el IFEMA. El recinto ferial recibió al Kalorama en su primera edición el año pasado, pero este año tiene pocos eventos del mismo tamaño, de hecho el festival más importante que reciben este año en la temporada estival, el ‘Nostalgia Millenial Fest’, es un evento menor, y pasan de recibir a cabezas de cartel como LCD Soundsystem o Jungle a Carlos Baute y Sonia y Selena. Esto por supuesto con la duda de donde se realizará la Coca Cola Music Experience de este verano.
En cualquier caso, a pesar de la importancia de estos espacios, estos no son los que marcan el calendario ni los que los promotores seguirán de cerca para la mayoría de los eventos que en algún momento se plantearon para el Santiago Bernabéu. Solo hay dos recintos con el tamaño para recibir un concierto planteado para los grandes estadios, la abandonada «Ciudad del Rock» en Arganda del Rey y, por supuesto, el controvertido recinto Iberdrola Music en Villaverde.
DOS RECINTOS COMPLICADOS QUE PUEDEN SER CLAVE PARA LAS AMBICIONES DE MADRID
Lo cierto es que estos dos espacios siguen siendo importantes para plantear el futuro de una ciudad que quiere seguir sumando grandes eventos a su calendario. Por un lado, la Ciudad del Rock solo recibe un evento anual, A Summer Story, y aunque el festival de electrónica sigue siendo uno de los eventos musicales más importantes de la capital, y una tradición anual, este tiene que lidiar tanto con los problemas de transporte para llegar al recinto, como con el estado del mismo.
Se suma que el otro festival que intentó instalarse en este espacio, la edición madrileña del Primavera Sound, decidió abandonar de nuevo el recinto tras una sola edición. La realidad es que el intento del festival catalán para tener una edición espejo en la capital tuvo que lidiar con asistentes que esperaron horas para abandonar el recinto y volver a la zona central de Madrid y canceló un día completo de eventos por la lluvia y los problemas de drenaje en el recinto. Son retos que deben ser tomados en cuenta, sobre todo si la lluvia de marzo es un aviso para el resto del año.
Por su lado, el recinto Iberdrola Music, donde se celebra anualmente el Mad Cool, fue pensado desde un principio para recibir grandes eventos más allá del festival. Lo cierto es que tras varios desastres en 2023 esta idea quedó en pausa, pero las buenas sensaciones del festival de 2024 ha hecho que Mad Cool Events, la empresa fundada para administrar el espacio, empiece a volver a buscar las licencias necesarias para recuperar esta idea.
APUESTAS QUE SIGUEN FUNCIONANDO SOLO EN EL VERANO
A diferencia del Santiago Bernabéu, cuyo techo cerrado permitía que se hicieran eventos en el invierno y en temporada de lluvias, estos son espacios abiertos. Es un reto extra, tanto para mantener el volumen dentro de los límites legales como para poder evitar las crisis que generaría un día de lluvia fuera de las fechas habituales. Es una situación a tener en cuenta, pero sin el estadio merengue es de esperar que la Comunidad de Madrid intente buscar otras opciones para macro eventos.