Prohibido fumar en la playa

Médicos y ecologistas han pedido la urgente regulación de los espacios públicos al aire libre para que se conviertan en zonas sin humo de tabaco, entre ellos las playas, donde existe un doble riesgo: para la salud humana y para el medio ambiente.

En declaraciones a Servimedia, el doctor José Miguel Mansilla, profesor de Salud Pública en la Facultad de Ciencias Biomédicas y de la Salud de la Universidad Europea, destacó que “ya son varias las comunidades autónomas que pretenden reducir o eliminar el consumo de tabaco en las playas. Estos lugares podrán ser muy abiertos y tener muchos kilómetros, pero si tenemos un fumador cerca de nosotros ya es un riesgo para nuestra salud, porque nos fumamos su humo, y esto mismo ocurre con los niños, que son más vulnerables que los adultos”.

Entre estas comunidades que han optado por estos espacios libres de humo destaca Galicia, que ya cuenta con 79 playas en las que no se permite fumar, una medida que ha sido muy bien acogida por los usuarios. La Junta de Andalucía también quiere seguir este ejemplo tras el éxito alcanzado en la playa de Motril, en Granada.

El doctor Mansilla recordó que Cataluña fue pionera en prohibir el consumo del tabaco en estos lugares y en estos momentos cuenta con nueve playas en Barcelona y Girona, aunque en ninguna de ellas se sanciona a los bañistas por fumar. Del mismo modo, la Consejería de Sanidad del Principado de Asturias ha implantado este verano su programa ‘Playas sin humo’ para fomentar el respeto a las personas y al medio ambiente.

En los 250 kilómetros de la Costa Cálida, en Murcia, existen nueve playas sin humo de cinco municipios. Por otro lado, en Euskadi no está prohibido fumar en las playas, aunque el Gobierno vasco trata de concienciar a la ciudadanía de lo nocivo que es fumar en estas zonas.

GIRO DE TUERCA A LA LEY

El profesor de la Universidad Europea subrayó que “desde 2010 España contó con una ley antitabaco muy buena y con la que se consiguió reducir el tabaquismo. Sin embargo, se ha comprobado con los años que algo ha fallado, porque se ha quedado corta o no es tan efectiva».

«Es posible que se haya producido una relajación porque lo cierto es que se ha registrado un repunte del número de fumadores. Por ello, habría que dar una vuelta de tuerca para reducir esta cifra y ampliar su regulación a espacios públicos al aire libre como las playas”, añadió.

A este respecto, añadió que 14 años después de la primera ley antitabaco, en España “se fuma tanto como antes de aplicarla”. Según la encuesta ‘Edades’ del Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social, en 2017 fumaban diariamente el 34% de españoles mientras que en 2015 el porcentaje era del 30,8%.

El doctor Mansilla advirtió de que “el tabaquismo es una de las mayores amenazas de la salud pública y es la principal causa de morbimortalidad en el mundo. De hecho, el tabaco mata a más de la mitad de sus consumidores”.

EL MEDIO AMBIENTE, FUMADOR PASIVO

Además de los riesgos para la salud, el medio ambiente es otro fumador pasivo porque consume todos sus efectos nocivos. A este respecto, el portavoz del Área Marina de Ecologistas en Acción, Eneko Aierbe, aseguró en declaraciones a Servimedia que “de la basura marina, las colillas de cigarrillos son de los productos más frecuentes que se encuentran en las playas».

«Además de ensuciar la arena, estas colillas, que no se degradan, contienen componentes muy nocivos para los arenales y el agua, ya que llegan a contaminar miles de litros de agua, lo que perjudica a la propia fauna marina”, dijo. De hecho, una sola colilla puede llegar a contaminar unos ocho litros de agua dulce o 50 litros si se trata de agua de mar.