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¿Realmente caducan los yogures? La OCU termina con el mito y revela la verdad

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Durante años, millones de consumidores han tirado yogures a la basura cuando superaban la fecha impresa en su envase. La creencia de que estos productos caducan y pueden ser perjudiciales para la salud después de esa fecha ha generado un enorme desperdicio de alimentos. Sin embargo, la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) ha desmentido esta idea: los yogures no caducan, sino que tienen una fecha de consumo preferente.

Este detalle es fundamental, ya que la fecha de consumo preferente no indica que el alimento sea peligroso después de ese día, sino que solo puede perder algunas de sus características organolépticas, como sabor, textura o aroma. En este artículo, analizaremos la normativa que regula la fecha de los yogures, explicamos las diferencias entre fecha de caducidad y consumo preferente.

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El cambio en la normativa: adiós a la fecha de caducidad

El cambio en la normativa: adiós a la fecha de caducidad
Fuente: Agencias

Hasta 2014, los yogures en España llevaban una fecha de caducidad que solía situarse 28 días después de su fabricación. Esto llevaba a los consumidores a pensar que, una vez pasada esa fecha, el yogur podía ser perjudicial para la salud. Sin embargo, estudios demostraron que, si se conservan adecuadamente, los yogures pueden consumirse sin riesgos semanas después.

Por este motivo, la normativa cambió y se reemplazó la fecha de caducidad por la fecha de consumo preferente. Este ajuste buscaba reducir el desperdicio alimentario causado por la confusión entre ambas fechas. A pesar de ello, muchas personas siguen tirando yogures en buen estado, creyendo erróneamente que han caducado.

La diferencia entre ambas fechas es clave. La fecha de caducidad se aplica a productos perecederos, como carne o pescado, e indica cuándo el alimento puede ser peligroso para la salud. En cambio, la fecha de consumo preferente se usa en productos que, aunque puedan perder propiedades, no representan un riesgo sanitario pasado un tiempo.

Los yogures, al ser productos fermentados con alta acidez, dificultan la proliferación de bacterias dañinas. Por ello, siguen siendo seguros incluso varias semanas después de su fecha de consumo preferente, siempre que se conserven en la nevera y no presenten signos de deterioro. Este conocimiento ayuda a evitar el desperdicio innecesario de alimentos.

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