El fútbol turco atraviesa uno de sus momentos más tensos tras el derbi entre Fenerbahçe y Galatasaray, un partido que terminó 0-0 pero que dejó una enorme controversia fuera de la cancha.
El protagonista del escándalo es José Mourinho, entrenador del Fenerbahçe, quien en la rueda de prensa posterior hizo comentarios que el Galatasaray ha calificado de racistas.
La tensión ya estaba en el aire antes del partido. Con el empate, el equipo de Mourinho quedó a seis puntos del liderato, dejando al Galatasaray con una ventaja clave a falta de diez jornadas para el final de la liga.
Para este encuentro, la Federación Turca intentó evitar polémicas arbitrales designando al esloveno Slavko Vincic como árbitro principal. Sin embargo, la estrategia no evitó el escándalo.
1Mourinho y sus palabras bajo la lupa
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Las declaraciones de Mourinho sobre el arbitraje encendieron la polémica. El portugués elogió la labor de Vincic y sugirió que, si el árbitro hubiese sido turco, el partido habría sido un desastre.
Pero lo que realmente provocó la indignación del Galatasaray fue su manera de referirse a la actitud del banquillo rival:
«En la situación que he comentado, todos los que estaban en el banquillo rival saltaban como monos», dijo Mourinho.
El técnico también reforzó su crítica al arbitraje turco con otra frase que ha causado revuelo:
«Si hubiera sido un árbitro turco, inmediatamente habría sacado la tarjeta y yo habría tenido que sacar al jugador en un minuto».
Sus palabras fueron interpretadas como un ataque no solo al Galatasaray, sino al fútbol turco en su conjunto.