El inglés ya esquivó una sanción del CTA por insulta a Munuera Montero
El Comité Técnico de Árbitros (CTA) se enfrenta a una situación delicada tras los graves insultos que Jude Bellingham profirió contra el asistente de Soto Grado en el derbi madrileño. El micrófono ambiente del partido captó el momento en el que el centrocampista inglés grita un claro «Fuck you, man. Fuck off» al linier, lo que ha generado una gran controversia en el mundo del fútbol español. Ahora, la atención está puesta en la posible sanción que el organismo arbitral pueda imponer al jugador del Real Madrid.
Las reglas disciplinarias de la RFEF contemplan castigos severos para este tipo de comportamientos, especialmente cuando los insultos van dirigidos a los colegiados. Sin embargo, en el caso de Bellingham, la expectativa es incierta, ya que el CTA ha sido criticado en el pasado por su falta de contundencia ante situaciones similares. La afición y los medios de comunicación esperan una respuesta ejemplar para evitar que este tipo de actitudes se repitan en el futuro.
Los antecedentes no invitan al optimismo
El historial de Bellingham con los árbitros en España no es nuevo. En el partido de comienzos de la presente temporada contra el RCD Espanyol, el inglés profirió un insulto directo al colegiado José Luis Munuera Montero, diciéndole «You’re a piece of shit» (eres un trozo de mierda) en pleno encuentro. En aquella ocasión, la única consecuencia fue una tarjeta amarilla, sin ninguna sanción posterior por parte del CTA.
Este precedente hace que muchos duden de la firmeza del comité arbitral a la hora de castigar a una de las estrellas del campeonato. Mientras que otros jugadores han recibido duras sanciones por protestas o gestos ofensivos, la permisividad con Bellingham ha sido evidente. La pregunta que ahora se hacen muchos es si el CTA será capaz de aplicar el mismo criterio que ha seguido con otros futbolistas o si, por el contrario, pasará por alto nuevamente una falta de respeto tan evidente.
La credibilidad del CTA, en juego
Más allá del caso concreto de Bellingham, la decisión que tome el CTA en este asunto será clave para su credibilidad como organismo disciplinario. En un momento en el que la polémica arbitral está más presente que nunca, aplicar un castigo justo al centrocampista inglés podría reforzar la imagen de imparcialidad del comité. De lo contrario, la sensación de favoritismo hacia ciertos equipos o jugadores se acentuará aún más.
La Liga y la RFEF han insistido en la necesidad de proteger a los árbitros y evitar comportamientos irrespetuosos dentro del campo. Si el CTA opta por la inacción, enviará un mensaje negativo a jugadores, entrenadores y aficionados. La pelota está en su tejado, y el mundo del fútbol espera una decisión firme y coherente.