La infidelidad siempre ha sido y seguramente siempre será un tema que genera polémica, son muchas las investigaciones que sobre él se han realizado, sin embargo, asociar la infidelidad con un lugar seguramente es un tema nuevo. Si pensabas que las infidelidades solo pasaban en contextos románticos o en la clásica escapada de fin de semana, piénsalo otra vez. Hay un sitio donde los hombres son más propensos a caer en la tentación, y ese lugar es… ¡la oficina! Sí, ese espacio donde pasas más tiempo que en tu propia casa, donde las miradas cómplices se cruzan entre reuniones interminables y donde el café de la mañana sabe mejor cuando alguien te lo sirve con una sonrisa (y algo más).
Y es que, con el regreso masivo a las oficinas tras la fiebre del teletrabajo, las aventuras laborales están volviendo con fuerza. Pero, ¿por qué ocurre esto? ¿Qué tiene la oficina que convierte a algunos en personajes de una telenovela? Te lo cuento.
1El regreso de las infidelidades al lugar de trabajo
Muchos pensaban que el trabajo remoto había acabado con los amoríos en la oficina. Error. La vuelta a la presencialidad ha reactivado esta vieja costumbre, y los números lo confirman: según datos de Ashley Madison (sí, la web de los infieles por excelencia), casi un 40% de los trabajadores que han tenido un romance en el trabajo no buscaban su “media naranja”, sino más bien una dosis de adrenalina para romper la rutina.
Porque, seamos sinceros, muchas veces la oficina no es solo un lugar de trabajo: es el escenario perfecto para coquetear, compartir confidencias y, en algunos casos, dejarse llevar. Al principio, parece un juego inocente, algo que hace el día más emocionante. Pero, claro, no todo es tan sencillo. Esconder el romance, evitar miradas sospechosas y esquivar preguntas incómodas puede convertir esta aventura en una fuente de estrés extra. Vamos, que no todo lo prohibido es tan divertido como parece.