El calentamiento global podría afectar a la regulgaridad de las tormentas eléctricas que suelen caer en las tardes de verano en algunas partes del mundo hasta el punto de que se extenderían a las mañanas y las noches.
Así lo sugieren tres investigadores de la Universidad Libre de Berlín (Alemania) en un estudio publicado en la revista ‘Geophysical Research Letters’, tras analizar patrones climáticos en el oeste de Alemania, el norte de Francia y partes de Bélgica, Países Bajos y Luxemburgo.
Los autores indican que, en un escenario climático fuerte, donde las emisiones de gases de efecto invernadero seguirían aumentando, las tormentas extremas de verano en las áreas analizadas podrían estallar más a menudo de la noche a la mañana y durante la mañana, en lugar de los periodos habituales de la tarde.
«En climas futuros, este periodo de la tarde ya no será el más probable para experimentar una tormenta extrema», apunta Edmund Meredith, meteorólogo postdoctoral en la Universidad Libre de Berlín y autor principal del nuevo estudio.
Las tormentas eléctricas se deben a la convección atmosférica, que es el resultado de la inestabilidad causada cuando capas de aire con diferentes temperaturas interactúan en la atmósfera. Esta inestabilidad provoca el desarrollo de nubes cúmulos y vientos incrementados, mientras que la humedad en algunas capas puede provocar tormentas eléctricas.
Investigaciones anteriores han examinado cambios estacionales o anuales en los patrones de tormenta. El nuevo estudio incluye modelos climáticos a escala de kilómetros que eliminan parte de la incertidumbre anterior en torno a la convección atmosférica para predecir un aumento o disminución promedio de las tormentas en algunas zonas del mundo.
Meredith y sus colegas querían ver si los patrones diarios de tormenta se verían afectados por los cambios previstos en la convección atmosférica utilizando un escenario de cambio climático en el que las emisiones de gases de efecto invernadero sigan aumentando.
Cuando observaron los cambios futuros en las tormentas eléctricas en los modelos climáticos de alta resolución, encontraron que el número de tormentas matutinas o nocturnas podría aumentar a un ritmo mayor que durante la tarde durante el verano en Europa occidental.
Si bien las tormentas cortas y en auge en el área de estudio son actualmente más comunes por la tarde, el cambio climático puede provocar lluvias intensas y relámpagos más a menudo durante la noche y la mañana. El nuevo estudio también confirmó que las precipitaciones extremas se intensificarán en el área de análisis, aunque los autores encontraron que los cambios en la inestabilidad atmosférica no reflejan cambios en la intensidad de la tormenta.
«Encontramos que en todo el ciclo diario del clima futuro se encuentran niveles más extremos de inestabilidad atmosférica, pero esto no siempre se traduce en tormentas más extremas», apunta Meredith.
Si bien el nuevo estudio se centró en Europa occidental, Meredith subraya que otras partes del mundo también pueden ver cambios diarios en los patrones de tormentas, particularmente con episodios extremos, y recalca que el cambio climático futuro a menudo aumenta la inestabilidad en la atmósfera al tiempo que reduce la disponibilidad de humedad o viceversa, lo que dificulta la proyección de tormentas extremas.