Los datos no mienten, y para nadie es un secreto que la criminalidad se ha vuelto uno de los principales problemas tanto de Barcelona como del resto de Cataluña. Aunque es cierto que al revisar los datos de todas las comunidades no son la única que deben intentar resolver la situación, también es evidente que es uno de los principales problemas que tendrá que enfrentar el Gobierno del PSC liderado por Salvador Illa tendrá que enfrentar, al mismo tiempo que lidia con otros problemas del país como la crisis de vivienda o la complicada crisis de migración.
Es que los datos del ministerio de interior no solo muestran que es la comunidad autónoma que acumula más denuncias por casos de criminalidad convencional, sino que a diferencia del segundo y el tercer lugar en la lista, Andalucía y Madrid, los datos siguen subiendo en lugar de reducirse poco a poco. Incluso el cuarto lugar, la Comunidad Valenciana, que también ha tenido un aumento, puede explicarse con la crisis que ha derivado de la DANA en el último tramo del año, aunque es necesario tomar en cuenta que esto podría evitarse con un mejor manejo de la crisis de una comunidad autónoma que todavía está marcada por las cicatrices del desastre.
En cualquier caso, las soluciones no son fáciles, ni evidentes. Aunque hay pasos que tomar en el corto plazo, mejorar los recursos de las fuerzas de seguridad, y seguir de cerca los casos de reincidencia para evitar que generen un mayor daño en el patrimonio. Es cierto que el ayuntamiento de Barcelona ya ha presentado un plan Local de Seguridad para la gestión de Collboni, que gira alrededor de cuatro ejes: multirreincidencia, okupación, tráfico de drogas y Copa América de vela. Por su lado, como no podía ser de otra forma, Vox ha señalado que es un problema derivado de la alta tasa de migración ilegal en Cataluña.
La otra preocupación clave es el tipo de crímenes. Aunque el dato más común está clasificado como ‘Resto de Criminalidad Convencional’ (41%), es decir, riñas, denuncias por alteración de orden público, enfrentamientos a la autoridad y un largo etc. de delitos no tipificados en los datos del Ministerio por no ser considerados tan graves. Pero seguido a este están los hurtos (37,7%), y tras estos los robos con violencia o intimidad y en un lejano tercer lugar se encuentran los robos con fuerza en domicilios (6%), es decir: En algunas zonas de Barcelona los ciudadanos no se sienten seguros ni dentro de su casa.
CATALUÑA COMO CENTRO DE LA CRISIS DE CRIMINALIDAD
Lo cierto es que aunque las grandes ciudades de España tienen problemas de criminalidad, no debería ser una sorpresa que estos se concentren en las más pobladas del país. Pero que Cataluña, con más de 327.000 delitos reportados, tengan un mayor índice que el madrileño, 244.231, incluso cuando la población capitalina triplica la de la ciudad condal, es suficiente para que se enciendan las alarmas y se evite que el problema siga empeorando. Es una crisis difícil de ignorar de cara al futuro cercano.
Se suma a esta necesidad el deseo de que el Gobierno de Illa y el PSC en la Comunidad Autónoma, así como el de Collboni en la propia Barcelona, sean modélicos para el resto de las comunidades autónomas gobernadas por los partidos de la coalición de Gobierno y por lo complicado que ha sido conseguir estabilidad dentro del Govern tras la crisis de 2019. Es una realidad que debería obligar a ambas administraciones a buscar soluciones de la forma más rápida posible, aunque de momento sigue siendo uno de los principales problemas de Cataluña junto a la vivienda.
LA CRIMINALIDAD AUMENTA LEVEMENTE A NIVEL NACIONAL
Pero el problema no es solo catalán, la comparación de los datos hasta el tercer trimestre de 2024 muestra un aumento interanual cercano al 1%, una dificultad clave para el país. Aunque los motivos varían dependiendo del análisis, y estos datos están dejando de lado los crímenes digitales, es claro que se requieren soluciones rapido.
En particular, en un país donde el turismo es una pieza clave dentro del PIB que la criminalidad siga en aumento es un problema no solo por qué los ciudadanos no se sientan seguros, sino por qué puede espantar a los turistas claves para que la economía española siga funcionando de forma normal en el corto plazo.