Cuatro ciudades españolas tiemblan ante la decisión de la FIFA
La FIFA ha encendido las alarmas en España, Portugal y Marruecos al plantear una posible reducción en el número de sedes para el Mundial de 2030. El torneo, que será el primero en la historia con tres continentes involucrados, ya ha generado un gran entusiasmo en las naciones anfitrionas. Sin embargo, los últimos rumores sobre la reorganización de estadios amenazan con desatar tensiones entre las ciudades candidatas.
Según fuentes cercanas al organismo, el objetivo de esta medida sería optimizar la logística del torneo y reducir los costes asociados al desplazamiento de equipos y aficionados. Aunque la decisión aún no es oficial, ya se especula que la FIFA podría recortar de las 15 sedes iniciales a un total de 10 o 12, afectando directamente a varios estadios que esperaban ser seleccionados.
Málaga, A Coruña, Zaragoza y San Sebastián en la cuerda floja
En el caso de España, la amenaza recae sobre los estadios de Málaga, A Coruña, Zaragoza y San Sebastián. Estas ciudades, que inicialmente se perfilaban como grandes candidatas para albergar partidos, podrían quedar fuera si finalmente la FIFA reduce el número de sedes. La decisión se basaría en criterios como capacidad, infraestructuras actuales y facilidad de acceso para los equipos y los aficionados internacionales.
Por ejemplo, el estadio de La Rosaleda en Málaga, con una gran tradición futbolística, y el Reale Arena en San Sebastián, hogar de la Real Sociedad, tendrían que competir con plazas más consolidadas como Madrid, Barcelona o Sevilla. Por su parte, el estadio de Riazor en A Coruña y La Romareda en Zaragoza podrían no cumplir con las exigencias logísticas o de modernización necesarias para mantenerse en la lista.
La FIFA tomará la decisión definitiva en 2025
La FIFA ha señalado que la decisión final sobre las sedes será anunciada en 2025, tras un exhaustivo proceso de evaluación. Durante este periodo, cada ciudad tendrá la oportunidad de defender su candidatura y demostrar que puede cumplir con los estándares exigidos por el organismo.
Para las ciudades amenazadas, esto podría significar acelerar proyectos de remodelación o modernización de sus estadios, así como garantizar el apoyo logístico y financiero necesario para convencer al máximo organismo del fútbol mundial. Mientras tanto, el debate sobre las sedes sigue creciendo, con la esperanza de que todas las regiones puedan tener una representación equilibrada en el Mundial.