Elvis Presley fue uno de los iconos culturales y musicales más importantes del Siglo XX. Con un éxito musical incontestable, siempre tuvo un sueño que amargó parte de su ánimo y que no pudo cumplir del todo: ser actor. Aunque los número señalen algo contrario al sentimiento que tenía el de Tupelo, que actuó en 31 películas musicales, algo que lo convirtió en una de las grandes estrellas del género, a pesar de la poca calidad de la gran mayoría de esos films.
Pero a pesar de esa escasa calidad Elvis dejó un par de obras bastante aceptables, la escandalosa ‘El Rock de la cárcel’ y ‘King Creole, el barrio contra mí’, la que es considerada la mejor película de la superestrella musical, incluso para él mismo.
El caso es que hay que remontarse unos años antes, a los inicios de Elvis para comprender la relación del artista con el cine. Tras arrasar con sus actuaciones y discos como nunca antes lo había hecho en Estados Unidos, Elvis fue invitado al ‘Show de Ed Sulliavan’, el más visto de la televisión norteamericana.
Allí, Elvis actuó y cambió su carrera para siempre, dicha aparición fue vista por 56 millones de personas y la historia cambió definitivamente para siempre para el cantante, que desde entonces recibió honoríficamente el título de «Rey del Rock». Un cosa que no paso desapercibida para su manager, Tom Parker, que vio en esa circunstancia una nueva fuente de ingreso: el cine.
Y es que el cine era la obsesión de Elvis. Imitar el trabajo de ídolos como James Dean o Marlon Brandon era el gran sueño para el Rey del rock. Para ello, Parker se puso manos a la obra y comenzó con la intención de meter a Elvis para interpretar un biopic sobre el malogrado James Dean, pero el proyecto se vino a bajo y el cantante sureño se tuvo que conformar con un western de segunda fila, ‘Love me tender’.
El bajo presupuesto de la obra no impidió el lucimiento del cantante y marco a fuego un gran error para su manager: para sacar rédito económico no era preciso meter a Elvis en producciones con inversión elevada, su simple presencia bastaría para obtener beneficio económico. Algo que marcó la mediocridad en la mayoría de las actuaciones del cantante.
KING CREOLE
Tras su debut vivieron dos películas casi seguidas ‘Loving You’, película con aires juveniles aceptable y ‘El Rock de la cárcel’, el primer gran éxito de cierta calidad del cantante. Esta serie de películas se enmarcan dentro del contrato que Presley firmó por siete años con Paramount y el productor Hal Wallis, que también le permitía trabajar con otros estudios. Wallis, quien había producido clásicos como ‘Casablanca’, ‘El pequeño César’ y ‘El halcón maltés’, prometió a Presley buscarle papeles dramáticos para permitir que el cantante tomara su carrera de actuación con seriedad.
Al final eso no se cumplió y dentro de ese contrato firmó otros trabajos entre los que se encuentra King Creole, el barrio contra mi. Para ello, Elvis firmó una prórroga para atrasar dos años el servicio militar. La cosa empezó a tomar color, el guion había rodado por varios durante los últimos años y que estaba basado en una novela de cierto éxito comercial.
La trama era sencilla, un joven boxeador que se abría paso en Nuevo York, Michael Curtiz dio un giro a la trama y la localizó en Nueva Orleans y en vez de un púgil el protagonista sería un cantante. Un chico de barrio, que se ha graduado en el instituto, con un mal trabajo y unas malas relaciones con su padre. Ante esta situación tiene dos opciones para avanzar en la vida: El crimen o seguir trabajando duro sin desesperarse.
Curtiz en un principio aceptó a regañadientes el encargo y no quiso a Elvis, del que desconfiaba de sus dotes como actor. Pero según avanzó el rodaje, la historia cambió. El mítico director vio las dotes de Presley como cantante y supo sacarle la mayor partida posible, realizando un filme bastante interesante y que parecía pone al cantante en disposición de hacer cine de calidad. Parte del éxito de la película fue el tono de cine negro que el cineasta añadió a la obra, presentando unos personajes angustiados y con un futuro poco esperanzador en la vida.
El filme se rodó en los estudios de la Paramount y en algunas localizaciones callejeras de Nueva Orleans, que adía de hoy están bastante bien señalados en la ciudad. Fue un éxito de taquilla y también de crítica, incluso estuvo en las quinielas de las nominaciones para los Oscar, pero finalmente no llegó. La banda sonora, «Hard-Headed Woman», alcanzó el número uno de la lista Billboard de sencillos, número dos en la de R&B y disco de oro en ventas.
Demostró que Elvis no era un mal actor y que la mediocridad de las siguientes 27 películas fue en parte por las ambiciones del manager, que no supo cuidar la joya que tenía en este aspecto artístico. En ese declive como actor también influye los 2 años que el actor tiene que estar fuera a consecuencia del servicio militar. A la vuelta, no fue igual y el cine que hizo Elvis se vio marcado por la mediocridad.