Con el problema de la vivienda, protagonizando las preocupaciones de los españoles, los okupas también vuelven a la portada de los periódicos. En particular, una nueva Macro okupación de varios bloques de viviendas en un barrio de Carabanchel ha servido de recordatorio de lo complicado que es despejar estos espacios, que mientras están habitados de forma ilegal no entran al mercado de la compra y el alquiler, y han hecho que el alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, recuerde lo importante que es acelerar estos procesos.
El alcalde aseguraba en un acto durante la mañana del 9 de diciembre que era necesario revisar las normativas actuales, para poder acelerar los desahucios de las okupaciones, sobre todo por el efecto que esta situación genera para los vecinos de las viviendas que enfrentan este tipo de situaciones.
«Aquí, actualmente, esto se aborda desde el punto de vista de la propiedad privada y ponen todo tipo de justificaciones, pero no se aborda desde el punto de vista de la convivencia de los vecinos y de qué pasa con los que tienen viviendas okupadas al lado de la suyas, además de las molestias que generan esos inmuebles. También hay que ir y hablar con esas personas afectadas, estar con ellas para que nos cuenten cuáles son las dificultades y las incomodidades, cuando no los peligros, que se derivan de tener una vivienda okupada a tu lado», sentenciaba el alcalde sobre la situación.
El dirigente del PP ha llamado también a «alejarnos de la frivolización de la okupación e ir a una regulación que posibilite una actuación en unas 24 o 48 horas que pueda echar a los okupantes. No puede ser que la okupación consista ahora en poder tener hasta un portero que abre y cierra la puerta a los que están okupando ilegalmente una vivienda, que es lo que está pasando con la urbanización de Carabanchel en estos momentos, y que, además, existan discursos comprensivos con esta situación», sentenció.
En cualquier caso, será interesante seguir de cerca la situación de Carabanchel. Se ha vuelto la bandera de un problema que, siendo una consecuencia evidente de la crisis de la vivienda, es también difícil de asumir para quienes han hecho lo posible para poder vivir en su residencia y tienen que lidiar con este tipo de inquilinos. Son necesarias estrategías que resuelvan este tipo de situaciones, y sin recurrir a la violencia de algunas organizaciones.
OKUPAS ESTAFADOS EN CARABANCHEL
Es bueno señalar que esta situación es especialmente delicada por la realidad de quienes viven en los pisos okupados. Son pisos «vendidos» por 3000 euros en la fila comedor social de una iglesia del barrio, según reportó El Mundo, aunque otros medios han asegurado que pare de la venta se hizo a través de redes sociales, sobre todo aquellos que apuntan a inmigrantes provenientes del Perú. Varios de ellos han dicho en estos meses que están dispuestos a irse, siempre y cuando recuperen lo que pagaron para habitar estos pisos.
Aun así, es evidente que están violando la ley, como lo deja claro la policía. El resultado es una urbanización, que además tiene piscina y su propia cancha de pádel, donde uno de los bloques prácticamente al completo está conformado por okupas. Se suma que estos tienen su propio portero que abre desde adentro y solo deja pasar en la zona a quienes de momento residen en estos espacios, que además han hecho lo posible para conectar utensilios de cocina o conseguir agua para la ducha.
Ya la empresa propietaria de los pisos ha contratado a una empresa de desokupación, que según reporta 20 Minutos habría intentado dar un paso para resolver la situación el pasado 23 de diciembre. Sin embargo, sólo consiguieron recibir agresiones de los okupas, sin poder avanzar en una solución.
CRECE EL PROBLEMA DE LOS OKUPAS DE LA MANO DEL PROBLEMA DE LA VIVIENDA
En cualquier caso, los esfuerzos de Almeida no deberían ir solo encaminados a resolver los problemas de las okupaciones, sino también el de las viviendas. Ya ha dado pasos para aprobar una nueva regulación de las viviendas de uso turístico, aunque la misma no ha entrado todavía en vigor, y sigue paso a paso buscando soluciones distintas a las de la ley de vivienda que asegura no ha funcionado en Cataluña.
Pero mientras tanto, es necesario buscar una solución para el barrio de Carabanchel. Es complicado, pues un alto porcentaje de quienes viven en estos espacios no tienen un lugar a donde ir actualmente.