La Fiscalía Provincial de Madrid solicita 16 años de prisión para Luis Manuel Espinoza Cubas, un hombre que durante los cinco años que mantuvo de convivencia con su pareja y “con ánimo de perturbar la paz y armonía familiar, la insultaba, amedrentaba, vejaba, humillaba y agredía verbalmente, físicamente y sexualmente”. El representante del Ministerio Público le imputa los delitos de maltrato habitual, lesiones en el ámbito familiar y agresión sexual. El juicio se celebrará en la Audiencia de Madrid a partir de este lunes.
Espinoza, según se desprende del escrito de acusación, comenzó una relación sentimental con la víctima durante la cual llegaron a contraer matrimonio. Sin embargo, en septiembre de 2016 la mujer inició los trámites de separación.
El fiscal subraya que durante el matrimonio, fruto del cual nació una niña en 2014 con síndrome del espectro autista, el acusado la insultaba con expresiones como “hija de puta” o “guarra” y le propinaba empujones, patadas o tirones de pelo, por lo que ante el miedo que sentía tuvo incluso que dormir una noche en la calle.
El acusado, que exigió a la mujer que dejara de trabajar, se aprovechó de la situación para restringirle el dinero que le daba para comer y las necesidades más vitales de la familia. Así que dado que la víctima carecía de ingresos económicos, se sentía “totalmente desvalida”, lo que motivaba que doblegara su voluntad para cualquier cosa que el acusado le requería, incluidas las relaciones sexuales, a cambio de recibir dinero para su manutención y la de sus hijos.
La mujer, que ya no dormía con su marido, se acostaba en otra habitación y bloqueaba la puerta con un carrito de bebé. En otras ocasiones, y para evitar que el acusado la agrediera sexualmente, dormía con su hijo de 17 años, pero cuando éste y su hermano de 14 años iban al colegio tenía que volver a enfrentarse a él. Pese a todo, el acusado acudía a su habitación para obligarla a mantener relaciones sexuales completas “con ánimo libidinoso”.
El fiscal relata que en una ocasión Espinoza llegó a taparle la boca con una almohada “para evitar que los menores que dormían en la casa oyeran los gritos y llantos”, aunque en otras ocasiones lo hacía también ella `motu proprio´ para que sus hijos no la escucharan. Todo ello siempre bajo la amenaza velada de “lo haces o ya lo sabes”, en clara alusión a las consecuencias económicas que su rechazo podría causarle tanto a ella como a sus hijos.
A raíz de esta situación, el 16 de marzo de 2016, y dado que la mujer se negó ese día a tener relaciones sexuales con él, le empezó a propinar puñetazos que le causaron varios hematomas. El informe pericial psicológico realizado a la víctima determinó que padecía “sintomatología de corte ansioso depresivo de significación clínica con problema psicosomático, compatibles con situación de abuso generada en la relación de pareja y mantenía la ruptura de la misma”.
(SERVIMEDIA)