Nacho Guerreros, el icónico Coque Calatrava en la exitosa serie «La que se avecina», es un ejemplo de cómo la fortuna puede cambiar drásticamente una trayectoria profesional.
Su historia, marcada por la inesperada llegada del Gordo de la Lotería de Navidad en 2002, no solo le permitió abandonar un trabajo precario, sino que le catapultó hacia una exitosa carrera en el mundo de la interpretación, consolidándose como uno de los rostros más queridos de la televisión española.
1La vida antes del Gordo: Un joven con un sueño
Antes de la llegada de la inesperada fortuna, Nacho Guerreros era un joven con un sueño: dedicarse a la interpretación. Sin embargo, la realidad era compleja. Para poder mantenerse en Madrid, donde buscaba oportunidades en el competitivo mundo de la actuación, trabajaba como camarero.
Este empleo, si bien le permitía subsistir, le absorbía gran parte de su tiempo y energía, limitando sus posibilidades de audicionar y perseguir su anhelo profesional. La precariedad laboral era una barrera significativa en su camino hacia el éxito.