El fallecimiento el martes 17 de diciembre de la actriz Marisa Paredes ha supuesto un gran golpe para el cine español. La intérprete de 78 no tenía ninguna enfermedad pública conocida y fue “un fallo cardíaco” el que acabó con su existencia según contó Chema Prado, su última pareja.
Marisa Paredes nació el 3 de abril de 1946 en Madrid en la plaza de Santa Ana donde su madre trabajaba como portera. Desde pequeña sintió fascinación por el mundo del teatro. Durante su infancia en la citada plaza madrileño había una estatua de Calderón de la Barca con escenas de sus obras alrededor.
«¿TE CREES LOLA FLORES?»
Cuando le confesó as su madre su intención de ser actriz ésta le miró sorprendida: “¿Quién te crees? ¿Lola Flores?”. Tenía 14 años y empezó en el teatro desde abajo, como meritoria y haciendo pequeños papeles en el cine.
En esos primeros años fue Fernando Fernán-Gómez quién más apoyó le dio para desarrollar su carrera en las tablas. Su progresión en el cine fue más lenta. No encontraba su sitio en la industria del momento y lo mismo se la veía de secretaria enamorada en La tía de Carlos en minifalda con Cassen que secundando al mismísimo Jaime de Mora y Aragón en Carola de día, Carola de noche.
Su relación con el séptimo arte cambiaría en los años 90, sobre todo a raíz de que Pedro Almodóvar la incluyera en Tacones lejanos. Ya habían colaborado ocho años antes en Entre tinieblas y en esos años ochenta nuevos realizadores como Fernando Trueba o Jaime Chávarri descubrieron nuevas facetas de la actriz.
Cuando acabó sustituyendo a Esperanza Roy en la citada Tacones lejanos alcanzó el estatus de actriz internacional. Le llegaron ofertas para rodar en Francia, Italia, Portugal o México. Se puso a las órdenes de autores como Manoel de Oliveira, Raul Ruiz o Arturo Ripstein.
SU PRIMER AMOR
Sus mayores éxitos a nivel internacional fueron La vida es bella de Roberto Benigni y El espinazo del diablo de Guillermo del Toro. Además, se unió a Salma Hayek para participar en la adaptación El coronel no tiene quien le escriba. Una cinta que recibió la propia alabanza de Gabriel García Márquez.
Marisa Paredes siempre consiguió mantenerse ajena a que su vida privada saltara a los medios de comunicación. En los años setenta inició una larga relación sentimental con el cineasta Antonio Isassi Issasmendi con el que, en 1975, tuvo a su hija María, hoy también actriz.
Isasmendi era un cineasta más conocido fuera que dentro del país, gracias a haber dirigido varias coproducciones de mucho éxito. En una de ellas, El perro (1977), sobre la novela de Alberto Vázquez Figueroa, junto a Jason Miller, conocido por interpretar al sacerdote de El exorcista.
LA POLÉMICA CON RAPHAEL
En 1975 la pareja se vio envuelta en una polémica con Raphael. Coincidieron con el artista en la Unión Soviética y quedaron fascinados con el impacto y el éxito del artista español entre el público ruso. Ante esto tomaron la decisión de rodar el documental Rafael en Raphael. Una cinta en que amigos del artista como Massiel o Manuel Benítez ‘el Cordobés’ hablaban abiertamente de él. Además, incluía entrevistas e imágenes del círculo íntimo del cantante. Se hablaba abiertamente de sexualidad, de las ideas políticas del intérprete y se incluían encuestas callejeras para saber qué opinaba la gente del artista.
El resultado no gustó a Raphael y acabó distanciado de la pareja y con cruces de acusaciones. De hecho, él y su esposa Natalia Figueroa abandonaron el cine antes de finalizar la proyección la noche del estreno, generando un gran escándalo.
LA HERENCIA DE SU HIJA
La unión Isassi-Issasmendi-Paredes se rompió a principios de los 80 y la actriz inició una historia de amor con Chema Prado, con el que se casó en 1983. Prado fue durante años el directo de la Filmoteca Española. Han estado juntos hasta el final de la actriz.
En 2017 fallecía el que había sido su primer gran amor y aquello generó un enfrentamiento entre las hijas del primer matrimonio del cineasta y María, nacida de su relación con Marisa Paredes. Ambas actrices no estaban de acuerdo con el reparto de la herencia del director de cine y llegaron hasta el Tribunal Supremo que resolvió la polémica en 2021.