El racismo, la burocracia y la desigualdad de derechos son algunos de los obstáculos que se encuentran las personas migrantes en España, según denuncian Pueblos Unidos y la ONG Entreculturas, con motivo del Día Internacional de las Personas Migrantes, que se celebra este miércoles 18 de diciembre.
Desde el centro de atención a personas migrantes Pueblos Unidos y la ONG Entreculturas se han acercado a las preocupaciones que vive la población migrante en España, a través de su campaña de sensibilización ‘Soy Acogida’.
El ejercicio de reflexión y de pulsión de esta realidad se ha podido llevar a cabo gracias al trabajo de acogida, acompañamiento y apoyo que realizan cada día en el barrio madrileño de Ventilla. «Estas calles transpiran interculturalidad por sus cuatro costados. Es palpable la gran integración que tienen las personas migrantes en el barrio», ha señalado la responsable del centro Pueblos Unidos, Macarena Úbeda.
Este desempeño diario es el que ha permitido a ambas organizaciones realizar grupos de trabajo que han podido recoger diferentes experiencias vividas por las personas migrantes en España.
Entre los testimonios destaca el de Ibra Sy quien afirma que, «la primera preocupación» que tiene ahora mismo es «el aumento del racismo y la xenofobia» que vive «a diario». Este joven subsahariano de 20 años, también señala cómo, de toda la estigmatización que sufre, lo que más le afecta es «escuchar que las personas migrantes» son «violentas y peligrosas».
Por su parte, Diana Rico, mujer latinoamericana de 48 años que lleva más de cinco viviendo en España, relata haber sufrido discriminaciones por su origen en varias entrevistas de trabajo. «(Los entrevistadores) piensan que debemos trabajar barato por no ser de aquí y que no tenemos ningún tipo de educación», indica. Si bien, no siente que la sociedad española sea racista ni xenófoba en su conjunto.
Otro de los elementos que Pueblos Unidos señala como «uno de los mayores obstáculos» que sufren las personas migrantes cuando llegan a España son las dificultades para la regularización de su situación administrativa.
La abogada de la entidad, Marta Sánchez-Briñas, ha señalado que «las trabas burocráticas y legales que tiene el Estado español dificultan en demasía las oportunidades de regularizar la situación de las personas migrantes, convirtiendo este proceso en un círculo vicioso de requisitos que acaba por impactar gravemente en la salud mental de los y las solicitantes.
Además, dentro de las preocupaciones que impactan de forma directa a las personas migrantes están también aquellas como la educación, la sanidad o la vivienda. Si bien, Sánchez-Briñas ha precisado que el disfrute de estos derechos «no se da en las mismas condiciones», ya que a los «numerosos impedimentos administrativos que existen se suma el mayor número de personas migrantes en situación de vulnerabilidad y desamparo».
Según la responsable del centro Pueblos Unidos, la precarización de estos derechos en ciudades como Madrid ha provocado una situación de desamparo que los servicios sociales no son completamente capaces de revertir, «estando en ocasiones desbordados ante la baja infraestructura pública y la alta demanda de estos servicios.
A pesar de estas situaciones, desde la ONG lamentan que son «cada vez más las voces que acusan a las personas migrantes de ‘no trabajar y solo querer paguitas'», recriminaciones «sin ningún fundamento», tal y como enfatiza Keita, joven guineano de 23 años que lleva desde 2018 en España. «Las personas migrantes tenemos muchas ganas de contribuir a la sociedad si nos dan una oportunidad», ha asegurado.