Enclavada en el norte de la provincia de Burgos, Frías ostenta el honor de ser la ciudad más pequeña de España. Con menos de 300 habitantes, esta joya medieval combina naturaleza, historia y tradición, atrayendo a excursionistas y amantes de la cultura. A pesar de su tamaño, Frías esconde una riqueza patrimonial que cautiva a todo aquel que la visita.
1Un legado histórico que perdura
Frías se convirtió en ciudad en 1435, cuando el rey Juan II de Castilla le otorgó este título, reafirmando su importancia estratégica y defensiva en el valle de Tobalina. Su historia está marcada por episodios de resistencia, como la heroica revuelta de 1450, en la que los vecinos defendieron sus fueros reales contra las tropas del Conde de Haro.
El imponente castillo de Frías, construido en el siglo X, simboliza esta fortaleza histórica. Junto con las murallas que aún rodean la ciudad y el majestuoso puente románico sobre el río Ebro, estos monumentos narran el pasado defensivo y comercial de este enclave único.