El dulce de membrillo es uno de esos clásicos que nunca pasan de moda. Su textura, dulzura y versatilidad lo convierten en un imprescindible en muchas cocinas. Aunque la receta requiere tiempo, el proceso es sencillo y con solo dos ingredientes: membrillos y azúcar. Perfecto para disfrutar en postres, desayunos o incluso como acompañamiento de carnes, esta receta casera es mucho más sabrosa que cualquier versión industrial. ¡Anímate a prepararla!
1Preparación del puré de membrillo
Comienza lavando bien los membrillos, asegurándote de eliminar cualquier suciedad de su piel. Luego, colócalos en una olla grande y cúbrelos con agua. Lleva la olla a ebullición y, cuando el agua hierva, reduce el fuego a medio. Cocina los membrillos durante 40-45 minutos, dependiendo de su tamaño, hasta que estén tiernos.
Retira los membrillos cocidos con cuidado y déjalos enfriar para evitar quemaduras. Una vez fríos, pela los frutos, quítales el corazón y corta la pulpa en trozos pequeños. Pesa la pulpa obtenida y calcula el 80% de su peso en azúcar. Por ejemplo, si tienes 850 g de pulpa, necesitarás 680 g de azúcar. Este paso asegura el equilibrio perfecto entre dulzura y textura.