Pilar Eyre destapa el desprecio de Juan Carlos y Sofía a las infantas Elena y Cristina

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La periodista Pilar Eyre, experta en la Casa Real española, ha revelado detalles impactantes sobre la infancia de las infantas Elena y Cristina, hijas de Juan Carlos y Sofía. En un reciente artículo publicado en Lecturas y en declaraciones al programa TardeAR, Eyre desveló que las hijas del rey emérito vivieron una infancia marcada por el desamparo emocional y el desinterés de sus padres. Mientras que su hermano menor, el ahora rey Felipe VI, recibió atenciones y privilegios, las infantas sufrieron el peso de una educación desbalanceada y, según Eyre, un trato desigual.

Estas declaraciones han causado revuelo, dado que siempre se proyectó una imagen de unidad y armonía en la familia real. Sin embargo, Eyre sostiene que las constantes peleas entre Juan Carlos y Sofía y su afán por cumplir con sus deberes reales llevaron a que las infantas fueran «desasistidas» durante su niñez. Estas revelaciones no solo arrojan luz sobre la dinámica familiar de los Borbón, sino también sobre las dificultades que enfrentaron Elena y Cristina en su infancia y adolescencia.

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Una infancia desasistida: las consecuencias de un matrimonio fracturado

Pilar Eyre destapa el desprecio de Juan Carlos y Sofía a las infantas Elena y Cristina

Pilar Eyre afirma que las infantas Elena y Cristina crecieron en un entorno lleno de tensiones. Las peleas constantes entre sus padres, sumadas a la intensa agenda pública de Juan Carlos y Sofía, las dejaron emocionalmente desatendidas. «Eran tanto las peleas entre el matrimonio y tal era su voluntad de convertirse en los mejores reyes, que desasistieron bastante a las hijas», declaró Eyre. Esta situación generó un vacío emocional en ambas infantas, que tuvieron que afrontar su infancia sin el apoyo constante de sus progenitores.

Aunque la imagen pública de Juan Carlos y Sofía mostraba un matrimonio estable y una familia unida, la realidad puertas adentro era muy distinta. Según Eyre, las infantas tuvieron que buscar consuelo en figuras externas a la familia, como Sabino Fernández Campo, jefe de la Casa de Su Majestad entre 1977 y 1993, quien acompañó a Elena en sus sesiones de terapia psicológica. Este detalle subraya la falta de atención emocional que recibieron por parte de sus padres.

Mientras tanto, su hermano Felipe, aunque también vivió momentos de soledad, gozó de un trato más cercano y cariñoso. Eyre señala que «a Felipe lo mimaron, pero mimar no es educar». Esta diferencia en el trato entre los hermanos generó una distancia emocional que se ha mantenido hasta la actualidad. Te contamos toda la polémica a continuación.

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