Uber, así como sus rivales principales, Cabify y Bolt, ha podido evitar en la mayoría de los casos que las protestas de sus trabajadores por las condiciones de trabajo pasen a mayores. Pero hay al menos una excepción, en Bizkaia donde tras vencerse el acuerdo del sector el 31 de diciembre de 2023 han pasado todo el año intentando acercar posiciones entre el sindicato mayoritario de la zona, Solidaridad de los Trabajadores Vascos (ELA), y las empresas que manejan sus licencias y contratos en la zona, Ares Capital y Moove Cars, pero sin éxito y esto se traduce ahora en una huelga de 27 días que inició el 11 de diciembre y que se alargaría hasta el 6 de enero.
Esto se traduce en la pérdida de tres fechas claves tanto para las empresas involucradas como para los conductores: 24 y 31 de diciembre, y el propio 6 de enero. Son días donde las reuniones familiares, sumadas al cierre temprano del transporte público en la mayoría de las ciudades españolas, transforman estos días en una noche especial para este sector y para los taxistas, pues además no es necesariamente un buen día para conducir debido al estado en que pueden estar un alto porcentaje de los conductores que van o vuelven de fiesta.
En cualquier caso, desde el sindicato ven este sacrificio como la única opción para llegar a un acuerdo. No es la única ciudad en la que Uber tuvo que afrontar una situación así de complicada, después de todo las negociaciones en Madrid, donde también se tuvo que aprobar un nuevo convenio del sector de las VTC que afectó a los conductores de Uber, Cabify y Bolt, y donde también se llegaron a hacer amenazas de huelga, aunque no llegó concretarse la protesta, ya que el Sindicato Libre de Transporte (SLT), mayoritario en Madrid, firmó un acuerdo con la patronal en la capital.
Aunque esperan que haya una respuesta previa, y desde la propia Uber confían que ambas partes estén acercando posturas, también recuerdan que la plataforma de transporte no tiene poder para participar directamente en las negociaciones. Es que si bien las principales empresas de la «nueva movilidad» en España no trabajan con autónomos, incluso desde antes de la aprobación de la ley rider, dependen de flotas de conductores cuyo contrato manejan otras empresas. Es cierto que en algunos casos se trata de filiales de estos tres gigantes, como es el caso de Vecctor, no siempre se manejan de esta forma.
UNA NEGOCIACIÓN MÁS LARGA DE LA CUENTA
Lo que es evidente es que el hecho de que el proceso de negociación esté cerca de cumplir un año es un problema para todas las partes involucradas, incluso si desde Moove Cars han expresado a diversos medios que no están especialmente preocupados por la situación. La empresa no considera que haya un estancamiento de las negociaciones, y simplemente consideran que el proceso sigue abierto y que están abiertos a firmar un nuevo convenio, viendo el tiempo que ha durado el conflicto como algo normal que puede ocurrir en este tipo de situaciones.
En cualquier caso, el objetivo de todas las partes es que la situación no llegue hasta los días grandes. Es evidentemente un golpe económico que afectaría a todas las partes de la negociación, por lo que intentarán acelerar los acuerdos en los próximos días y semanas. La Nochebuena es en tan solo 12 días, por lo que el tiempo juega en contra, pero los conductores se han cansado de esperar por un nuevo acuerdo con las empresas de las que dependen para su sustento de cara a 2025.
UBER Y EL FUTURO INMEDIATO DE SUS TRABAJADORES
En cualquier caso, Uber tiene varios incendios activos en España. La situación de los Riders de Uber Eats, los últimos riders que serán los únicos repartidores autónomos en el país una vez que Glovo complete su proceso de contratación, la situación puede ser suficiente para complicar su relación con el ministerio de trabajo, ya bastante delicada, y si además la situación de sus conductores los vuelve a poner en la mira de la opinión pública su futuro puede ser todavía más complicado, y es necesario buscar una solución.
A esto se suma la presión permanente de un sector taxi que aprovecha cada una de sus flaquezas para atacar a la plataforma. Una huelga por la situación de los riders, justo en plenas fiestas decembrinas, es un arma importante en una guerra cada vez más dura para ambas partes. Además, se mantienen los reportes de accidentes de conductores de VTC que superan, con creces, los de los taxistas y que se han vuelto una plaga para todo el sector.
